domingo, 30 de marzo de 2014

El noble paragüas, digno de respeto, del filósofo.


Muchas fotografías encontramos de Rudolf Steiner, especialmente aquellas que el fotógrafo Rietmann realizó, también del Primer Goetheanum. Rudolf Steiner junto a la maqueta de yeso, proyecto de ese edificio, luego finalizado, durante casi 10 años una obra de arte, en sus columnas y cúpulas, todo en madera, el cual posteriormente sufrió un siniestro intencionado.

Generalmente el rostro de Steiner llama la atención por su seriedad. Sin embargo entre las fotografías hay una, diría, fresca. donde a mi ver, fue hecha desde abajo hacia un lugar un poco más elevado, cercano a la carpintería. Rudolf Steiner lleva en su derecha con su brazo doblado sobre el frente de su cuerpo una carpeta de archivo y también en esa mano sostiene un paragüas. El sol le da de lleno, es primavera temprana aún lleva su sobretodo puesto, ha entornado un poco los ojos y llamativamente muestra en asomo una sonrisa.

Rudolf Steiner sonriente, agradable sorpresa.

Si observamos ese elemento descrito para protegerse tanto del sol como de la lluvia, o llovizna constante como sucede mucho en la colina de Dornach, diariamente o cada dos días se puede vivenciar más de un chaparrón...veremos que a pesar de su mango curvado e interesante, la tela demuestra los años de uso y además su aspecto es de aquel paragüas que está pidiendo a gritos reemplazo...También es posible que alguna vez le sirviese de bastón en lugares más resbaladizos. Un paragüas todo uso.
De 1922 René Maikowski, posteriormente mestro Waldorf, sabe de una anécdota con ese artefacto necesitado de jubilación...
Pieter de Haan era el anfitrión de Marie y Rudolf Steiner en Holanda. Marie y la señora de Haan ya subían las escaleras al primer piso, mientras Rudolf Steiner dejaba sus cosas abajo, en el perchero. El señor de Haan tomó el ya viejo y noble paragüas de R. Steiner y le dijo: "Sí señor, usted tiene un correcto paragüas de filósofo". Allí Rudolf Steiner le dice a Marie quien va yendo escaleras arriba.
"Ha oído usted lo que ha dicho el señor de Haan, tengo un correcto paragüas de filósofo - y ¡Usted quiere que yo me compre uno nuevo!



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