sábado, 5 de abril de 2014

Jörgen Smit 
Bergen 21.7.1916  - Arlesheim 10.5.1991

Alto como buen escandinavo. De porte severo, maestro Waldorf de toda su vida y dado al buen humor, siempre sonriente. Solía almozar en la cantina -Speisesaal- donde tanto los estudiantes como los visitantes del Goetheanum podían sentarse en su cercanía o a su mesa y compartir, no sólo la comida sino un buen diálogo.   A su vez siendo coordinador de la Sección Pedagógica del Goetheanum realizó un Congreso de Pedagogía Waldorf donde la sala del Goetheanum estaba completa y también todo el escenario estaba repleto de sillas, Nadie quería perderse ese evento de envergadura internacional.  Nos deleitó al final del encuentro con una poesía de Christian Morgenstern, un solo, representado en el escenario y ejecutado en Euritmia Todos los que se sentaban en el escenacio plegaron sus sillas y se sentaron en las escaleras de la sala Vestido como todos los días, agregó sólo una boina y una bufanda azul con una vuelta al cuello que llegaba casi al suelo de ambos lados, de frente y de espaldas, fueron así su atuendo especial. Fue bonito ver a este hombre tan alto moverse con tanta gracia o pesadez según lo necesario y a la vez con tanto buen humor, que aplaudimos hasta cansarnos.


En una oportunidad después de muchísimos años ella hizo una visita al Goetheanum, durante un Congreso de Euritmia, si no me equivoco...Elí tenía una hermana Euritmista y así se encontraba allá entre amigos en el foyer conversando. Más lejos se encontraba a su vez Jörgen Smit conversando con otras personas. y de espaldas al grupo donde estaba la señorita Lunde. Cuando de pronto Jörgen dice:  Ustedes disculpen por aquí debe estar mi mestra la señorita Eli Lunde, acabo de oir su voz, la cual nunca se me olvida. Y comenzó a buscarla con la mirada entre los presentes, enseguida la ubicó y se unieron en un abrazo, maestra y alumno.
Esto me lo relató Eli Lunde misma quien volvió a Buenos Aires su tierra por adopción, a sus alumnos y a quedarse para siempre en esta tierra hasta su fallecimiento. Finalizó  Eli el relato diciendo que el encuentro con Rudolf Steiner, aunque ella no se animó para nada a hablar con él y que Jörgen Smit la reconociese después de tantísimos años,  fueron dos de  los momentos mas felices de su vida.
Un carpintero, nuestro amigo Paco, había construído un féretro como ella quería, el cual estaba bajo su cama preparado para cuando llegase el momento y nadie tuviese que hacer gastos extras por ella. Recibió una herencia que donó para la compra de un terreno en esquina y la construcción de aquello que por años se llamó Rama Grupo de trabajo Florida hasta que se  modificó la denominación y se llamó Rama Trimembración del Organismo Social hasta hoy.

Un tercer episodio pertenece a la juventud del señor Smit como estudiante de Filología en Basilea.
Jörgen compartía su dormitorio con otro estudiante, posteriormente otro educador waldorf noruego. Una noche así lo realató el amigo noruego. Todo el dormitorio ya estaba a oscuras y en silencio, cuando a él se le ocurre peguntar: ¿Jörgen duermes? Largo tiempo ninguna respuesta, entonces dice Bueno,  Jörgen hasta mañana. Y estando ya por dormirse escucha la respuesta lacónica de  Jörgen ¿Eso era necesario?

En 1991 Sabia yo que Jörgen Smit estaba en la clínica y muy delicado por lo tanto pregunté a Rembert Biemond, quién se ocupaba de él y le visitaba regularmente si yo podría hacerle una visita,  Volvió Rembert con la respuesta: dice Jörgen Smit si es necesario,  y yo respondí que no es necesario que sólo deseaba agradecerle y saludarle, que lo llevaba en el corazón y eso se lo podía decir Rembert mismo por mi.
Para mi alma hubiese sido necesario pero en su situación y para que Jörgen Smit tuviese que hacer un esfuerzo mayor... no era necesario.

Rembert Biemond estuvo en Buenos Aires, también habló en el Museo de Bellas Artes de la futura exposición de los diseños originales de las pizarras de R. Steiner quien las  realizaba durante sus conferencias. Y hoy aún se conservan y se exponen por el mundo entero.

Le pregunté por el fallecimiento de Jörgen Smit y me comentó que cuando le visitaba Jörgen hablaba de lo que estada viviendo, de su manera consciente de ver ya el mundo espiritual y sus plabras eran de una profundidad que alimentaba su alma, veía el cielo abierto y estaba preparado para ello, para cruzar el umbral para ir al mundo espiritual en forma consciente. Y así fué.



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