miércoles, 2 de abril de 2014

Margarethe Eckinger Euritmista de los primeros tiempos del Goetheanum

Margarethe Eckinger, 1908 - 1993,  Euritmista


Desde 1935 Trude Thetter fundó con Margarethe Eckinger de Dornach, por indicación de Marie Steiner, la Escuela de Viena para Euritmia y Euritmia curativa/terapéutica.


Gritli, de regreso de Viena y ya instalada en su casa en Dornach. Gritli como todos la llamábamos con su diminutivo de niña y jovencita, me mostró una pequeña edición con diferentes relatos de sucesos premonitorios, insólitos y clarividentes, diciéndome el escritor es un amigo muy querido, su hija viene muchas veces y se hospeda en mi casa. También durante muchos años nos hospedábamos cuando ibamos a Dornach en la hermosa casa de Gritli, de tres plantas, con un jardín algo silvestre, una fuente con nenúfares y una imagen tallada en piedra en una esquina de la casa cubierta en parte con hiedra y con un hermoso rosal Queen Elizabeth delante. Todo esto  dentro de un bosquecillo de hayas, apenas a pocos metros al pie del Goetheanum, una casa con vista al valle y con mirada al atardecer. Con un sendero dentro del bosquecillo que acortaba el camino para llegar al Goetheanum. Caminillo muy fecuentado por los estudiantes del Goetheanum y también por nosotros al ir a escuchar las conferencias. O disfrutar del "Fausto" de Goethe en escena y completo, escenas de mañana, tarde y noche durante varios días.

De niña, aún bebé y en su cuna

Este escritor muy querido relata en su libro un suceso especial. Y Gritli nos dice aquí también estoy yo, aunque no figura mi nombre, recién ha sido editado y yo aún vivo.
Albert Steffen, poeta y escritor suizo buscaba hospedaje y sabía que la Familia Eckinger alquilaba habitaciones. Cuando la mamá de Gritli le abre la puerta escucha que el joven Steffen le dice ¿Dónde, donde está el bebé? Ella sólo atina a contestar Arriba tan sorprendida está y el jóven sube las escaleras corriendo y  de dos en dos toma los escalones y entra en el cuarto, la señora corre detrás pues de pronto se estremece, que es lo que sucederá con este señor y la bebé. Y al llegar detrás de él ve que Steffen tiene la niña en brazos, que la auxilia para que respire, la bebé estaba azul... Gritli azul...
Cuando todo vuelve a la normalidad, nos relató Gritli, Steffen alquiló una habitación y se convirtió con el tiempo en amigo de la familia. Ella lo recuerda con cariño en las conversaciones con su madre sobre poesía y cultura...y sabe por los relatos que él le salvó la vida. Al golpear la puerta el joven Steffen vió frente a él  en un instante un bebé a punto de morir y no dudó en llamar fuertemente y correr escaleras arriba y salvar a Gritli azul...

De niña y de jovencita

Rudolf Steiner para ir al Goetheanum pasaba siempre frente a la casa del bosquecillo y veía jugar a los niños.
Y cada vez que veía a Gritli le preguntaba ¿Gritli, que vas a ser cuando seas grande? Ella no sabía que responderle y estaba segura que la próxima vez que lo viera, el doctor, así le llamaban íntimamente, le preguntaría lo mismo. ¿Gritli, que vas a ser cuando seas grande? y ella sabía que no tenía respuesta para ello.
Gritle Eckinger *1908 +1993
Estando Gritli alrrededor de los 15, 16 años, Steiner va camino a la colina pero hacía tiempo que no le hacía la acostumbrada pregunta. Gritli toma una resolución corre detrás de él, le alcanza y agitada le dice: Doctor Ya sé que voy a ser cuando sea grande. Rudolf Steiner sonriente le dice Ah! Ya sabes, bien, dime qué! Gritli con el corazón en la boca y completamente feliz le contesta: Euritmista.
 Muy, muy bien Gritli, ven esta tarde, hablarás con la señora Marie Steiner y enpezarás tus clases.

Tal vez deba completar esta anécdota diciendo lo siguiente: Todos los niños del entorno antroposófico recibían clases de Euritmia y además muchas veces también actuaban, gnomos, arbustos, flores en rondas y Gritli conocía todo esto, desde niña había participado de las clases y había actuado en muchas ocasiones, entre los euritmistas verdaderos. Hasta ser ella también una verdadera Euritmista.

Margarethe y consultas al municipio

Margarethe Eckinger, no veía ya tan bien y estaba delicada de salud, sin embargo atendía a sus huéspedes. Se la podía ubicar diariamente en su sala  de planchar, en el souterrain de su casa,  por las tardes, sábanas, fundas, toallas, todo pasaba por su máquina de planchar. A veces se respiraba un aire a tintorería  japonesa como las de Buenos Aires,  calor, vapor y un casi silencioso sssssssssssssssss  de su máquina.

Siempre había un estudiante alojado allí, aquel quien también podía ayudarla en su jardín. O como nosotros quienes  con J. Wolfram Schneider  por su trabajo en Weleda Group gozábamos de su casa por una semana o más días, cuando Weleda tenía un encuentro internacional de CEOs.

Solíamos desayunar con ella, ella así recorría con nosotros en nuestros relatos nuestra Argentina, la escuelas Waldorf, la ópera en el Teatro Colón, alguna zarzuela en el Teatro Avenida o Euritmia en el Teatro Cervantes, Goetheanum Ensemble, incluidos dentro de una semana de presentación de grupos de danzas, organizado por la bailarina y profesora de ballet Beatríz Zimmermann, quien a su vez tenía una amiga Euritmista en Italia.

Durante esos desayunos  Gritli solía invitar a otros euritmistas y el tema principal era entonces “de cajón” Euritmia y las giras programadas del año. Era sentirse vivo entre artistas de profesión...

Tenía Gritli un hermano carpintero.  Hoy en esa carpintería la señora Judith von Halle da allí sus conferencias programadas con mucha anticipación y con lista de espera para ir a escucharla.

También un sobrino  músico nos es conocido. Isla Eckinger  con su cuarteto de jazz quien vivía en Estados Unidos, trombonista y saxofonista.
                                  



Gritli decide heredarle su casa y va al municipio como suiza muy ordenada  a preguntar los detalles para realizar el testamento, quería saber si podía hacer los  trámites antes de morir sin perjudicar  a nadie  al evitar así los impuestos sucesorios.

El intendente quien  la atendió por esta situación de pedido de consejo por la herencia  a realizar, la tranquilizó de inmediato y le confirmó que podía hacer los trámites antes de morir. Ella está en plena conciencia de sus facultades y derechos y él como intendente asesor está al servicio de la población no al servicio de una ganancia municipal. Ojalá viniesen antes aquellos como usted que desean dejar sus propiedades ya en vida con decisiones claras y sin problemas  de dudas sucesorias  futuras.
La felicitó por su decisión.
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Hoy Isla es el propietario de esa casa en la cual Albert Steffen salvó la vida de la bebé  Gritli azul...y muchas veces se encuentra  tocando trombón o saxo  en otras ciudades, en su profesión  está de gira.     Y la casa sigue hospedando alumnos o visitantes del Goetheanum para las jornadas que allí se realizan.




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