Cuanto humor sencillo y espontáneo puede haber habido entre educadores de otros tiempos y en ciudades alejadas de la civilización de entonces, donde el maestro de aula era la autoridad sapiente del lugar y sus alumnos debian adquirir cultura y ser "aprendidos" por haber ido a la escuela, aunque tuviesen que caminar kilómetros para llegar a ella, desde su lugar de vida, invierno y verano.
Marie Steiner en "Voces de Weimar" relata una anécdota muy llena de vida y candidez, la cual Rudolf Steiner sabía contar con suma gracia con su buen acento austro-húngaro.
"En la escuela pueblerina de un casi perdido lugar, de un alejado pueblito, en Croacia, el maestro pregunta a sus muchachos: A ver díganme quienes eran Goethe y Schiller...- Un silencio profundo le responde...- Insiste: Sepperl "¿Quienes eran?" Tú Alois, y Naz ¿? - Ustedes, fulmina; bueyes, asnos y ovejas...Esos son las dos figuras de yeso que tenemos en el aula".
J. W. von Goethe y F. Schiller, en bronce |
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