domingo, 29 de noviembre de 2015

Observando, conociendo, reconociendo, contemplando.

En el Primer Domingo de Adviento, cuatro antes de la Natividad de nuestro Señor, miremos los detalles de esta pintura

- El Nacimiento de Jesucristo -

Nativity of Jesus Christ

Veamos en principio el centro de la imágen. María Madre sosteniendo al Niño rostro a rostro, en lemniscata, un círculo pequeño y un círculo más grande: las auras de ambos que se encuentran  Y el rayo celestial saliente de tantos semi arcos que nos indican las jerarquías celestes y más abajo la estrella, la cual más que estrella es un  claro sol dentro de su aura radiante. De allí el rayo celeste se divide en tres, lleva su luz brillante hasta la cabeza de María. Los otros indican que sucede a izquierda y derecha del que observa esta enigmática pintura tan plena de sucesos.

María Madre vestida a la usanza de los íconos, a su vez con una estrella sobre el manto que cubre su cabeza y una estrella en el hombro izquierdo. María joven  por un lado pues es la María del templo donde Joaquín y Ana, ya ancianos, entregaran a su primogénita y única hija, al servicio del templo, En aquellas épocas el templo hebreo, toda la comunidad judía, sostenía a las viudas y a los huérfanos. María Sofía, aquella que recibe la Anunciación de Gabriel Arcángel al portal, en el umbral de lo más íntimo de su alma, mientras está en lectura, en estudio, hasta podríamos decir en meditación...Y el Arcángel comienza diciendo "No temas...!"

Sin embargo el nacimiento sucede a la usanza antigua en una gruta. Una gruta es imagen de un lugar de iniciaciones, donde el pesebre (también llamado el Belén) señala con Apis, el sagrado toro egipcio una era, y el asno futuro sendero humano si el hombre no despierta a lo divino celestial.

A la izquierda del observador José, San José, aquel cuya vara (crataegus monogyna  o crataegus oxicanta) ha florecido como señal de su descendencia,de Abraham, de la vid sagrada, de la estirpe de reyes, esto fue comprobado por los sacerdotes antes de otorgarle a María pura en su alma, de 15 años como esposa. Ellos dieron a los posibles esposos por línea de sangre, una vara a plantar y la de aquel que floreciese, retoñase, sería el esposo de María Reina.
Sobre él vemos tras las lajas de separación a los Tres Reyes Magos del Oriente, con su insignia de sabios, el gorro rojo con el borde blanco de armiño, con sus ofrendas en las manos, uno anciano, oro, uno de edad mediana, incienso y otro joven, mirra,  Ellos han seguido la estrella que a su vez indican los dos ángeles. Atestiguan desde su camino a José como descendiente de la realeza.

Un ängel al otro lado señala bendiciendo, es el anuncio del nacimiento  a los pastores. Y bajo ellos una mujer baña al niño. Un suceso que nos muestra que María es atendida como princesa descendiente de sacerdotes y educada en el templo

José en contemplación interna recibirá aún la indicación celestial de huir a Egipto una vez que los Tres Reyes del Oriente regresen por otro camino sin indicar a Herodes dónde han encontrado al Niño Divino.

Los hebreos sabían  por sus papiros de la profecía, sabían  dónde nacería, en Belén, pero no sabían cuándo. Los Tres Reyes Magos leyeron en las estrellas el cuándo y siguieron la estrella pero no sabían dónde nacería, por ello se dirigieron al rey de Judea. Y en sueños el Ängel les indica tomar otra senda y evitar a Herodes.

Herodes temiendo por su reino y al no regreso de los Tres Reyes manda a sus sicarios matar a los niños de Belén menores de tres años. una masacre por deseos de poder que aún hoy estremece,

Después de la muerte del rey de Judea, la familia real regresa de Egipto y se instala en Nazareth.

Aún podríamos hablar de los colores de las vestiduras. María en su lecho rojo plena de amor hacia su Hijo bienamado y los dos bordes bordados en dorado, uno señalando el arriba, el cielo y el otro señalando el abajo la tierra. Su manto violáceo con las dos estrellas, su vestido azul cubriendo sus pies y en su enfrente los pies de José, descalzos...

 Más bástenos saber que  el cuero rojo y el borde de armiño en tiempos pretéritos eran nesesarios para sostener una corona. Podemos ver hoy en Rusia en el museo la corona mas antigua del zar, del emperador, y su sostén en forma de gorro o casco, en rojo y blanco para la protección de la cabeza.
También Napoleón Bonaparte se hizo retratar en su tiempo en una pintura con un manto de tercipelo rojo y bordes de piel de armiño y una corona de laureles....

Nina Czerni


1 comentario:

  1. Gracias, qué maravillosas descripciones y significados, se me llena el alma de luz y calor!!!!

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