jueves, 8 de septiembre de 2016

Sólo la envidia hace un daño irreparable. Una fabula de Esopo da una imagen precisa.


La luciérnaga o "el cocuyo" campestre.

En Diciembre 2003 recibí con el comentario de autor anónimo, hoy se que es una fábula de Esopo, una leyenda que viene al caso de la envidia, del desear para sí algo que otro tiene, las más de la veces por naturaleza, y uno no puede lograr, y que además no se ejercita en ser una persona con virtudes.


Cuenta la leyenda, que una vez, una serpiente comenzó a perseguir una luciérnaga.
Esta huía rápido con miedo de la feroz depredadora.
La serpiente no desistía,
La luciérnga huyó un día y otro más, ya sin fuerzas preguntó a la serpiente.
Tres preguntas tengo ¿puedo hacerlas?
No acostumbro a dar este precedente a nadie, en vista de devorarte, puedes preguntar..
¿Pertenezcoa tu cadena alimenticia?
No
¿Yo te hice algón mal?
No
 Entonces ¿Por qué quieres acabar conmigo?

Porque no soporto verte brillar.


El fòsforo es su sustancia lumínica aún no tan estudiada  sobre  cómo la luciérnaga la convierte a traves de su viviente  organismo en luminosidad tan fluorescente.

Ninaa Czerni  "La Loma" 8 de Setiembre de 2016

domingo, 4 de septiembre de 2016

¿Ha perdido alguien un perro ovejero-dobermann querido?

¿Ha perdido alguien un perro querido?
Roi, le francoise, ovejero con trazas de dobermann

Roi, casi de Francia, sobre las lasjas al sol
Muchos esperan un nuevo dueño. Los abandonados, los que huyeron de los fuegos artificiales y el bullicio de las Fiestas, que han dejado de ser fiestas de introspección para convertirse en fiestas de distracción, en fiestas de exteriorización mundanas y faltas de la profundidad del corazón, donde anida el Bien.
Y  a Rey muerto Rey puesto. Ya dice un antiguo saber popular, pues un perro es el rey de la casa, de los niños, del  jardín y hasta de sus vecinos.
Roi  se ha ido anoche solitario bajo su par de alfombras calientes, se ha ido en una noche fría de apenas 6 grados y casi se ha ido en Agosto, pues ya en Agosto el 31 nada quería beber, nada quería aceptar, ni su comida habitual, ni sus galletas preferidas. Se conformaba con una caricia sobre su cabeza, pero no hacía ningún movimiento para responderla, como antes.

Y ni un quejido salió en estos días de sus fauces, sólo si quería ir a su tan apreciado lugar al sol.
Para  tres escalones necesitaba ayuda pero luego sólo se arrastraba hasta donde quería llegar, muchas veces era recostar su cabeza en la tierra, cálida y acogedora en invierno, mejor que en el patio de lajas.
Y así partió sobre sus gruesos cartones y bajo su cobertura abrigada, dos alfombras de su uso diario,  y hoy un buen amigo me ayudó a colocarlo en su tumba que ya estaba preparada desde hace meses. El jardinero había ahuecado el sitio bajo los bananeros que florecen tan bonitos. 

Un ovejero de manto negro con trazas de dobermann no se deja dominar así como así, y tampoco llevar así como así, solo `por aprecio y sumo cariño quería estar con su bien querido amo. Y este amo hoy no estuvo aquí para darle su adiós y para darle digna sepultura perruna. Tuvimos entonces ese amigo también amante de los perros, los pájaros y las plantas, quién cubrió de tierra blanda el cuerpo  de Roi ya tan reducido, sí, pura cabeza y las  patas delanteras, el  resto del cuerpo puramente insignificante, sólo la delgadez absoluta y el largo de su figura de patas perrunas delgadas.

Así  es,  llamado fue el perro que nos acompañó más de catorce años. Y recuerdo  cuando el señor Olmos  feliz , me dijo tengo un hermoso perro para usted, sólo que él no sabía que la  madre ovejera  se había enamorado de un doberman calleja. Más la camada salió bonita , y este  Roi más, salvo su fuerza dental nos  indicaba la procedencia paterna. Conservó sus dientes hasta su partida y su gusto mayor eran los huesos con carne. A veces poco quedaba del hueso,  y el hueso fue  buen entretenimiento largo tiempo.

Su veterinario se mudó a El Bolsón, su suplente  al teléfono me lo dijo. Hacía tres años que Agustín  decía si Roi pasa el invierno tiene el año ganado, él lo creía muerto en sus pobres condiciones, pero el animal amaba la vida y esperaba cada fin de semana a su dueño por elección y escuchar el habitual Hola Roi ¿Qué haces loco?  tan conocido, que le hacía mover el cuerpo entero no sólo el rabo.

Y ahora corre sin molestias con todas sus buenas y sanas patas también las traseras,  por la campiña celeste con aquellos compañeros que le precedieron, y tendría una lista enorme en estos cincuenta años, solo  quiero nombrar a tres con los que convivió, su compañero de andanzas “el Pampa” llevaban aquí  muchos años juntos, su buen Chachi, un golden gruñón a veces acompañado de Ossi, un ovejero border collie, los aceptados y apreciados, pertenecientes a  Maxi  quién debió dejarlos con nosotros, pues su nueva vivienda no permitía mascotas. 
Así solemos ser los hombres hasta los mejores amigos del ser humano nos molestan.

Sin embargo estos cuatro de los últimos años se llevan todos los elogios posibles dentro de su raza, desde su elección de dueño al no tener ovejas ellos nos tomaron a nosotros por ellas, de su  atención y fidelidad, de su apego,  y el aceptarnos con alegría,  aceptarnos así como somos: hombres imperfectos.

Nina Czerni , para Sergio de "su loco Roi" +  1º de Septiembre de 2016