lunes, 23 de enero de 2017

Castillos hoy y antaño

Willehalm Weidehus en Guilhelm-le-Desert

Castillos hoy y antaño

De pronto está de moda hacer vacaciones en algún castillo, convertido en hotel. O visitar un bastión  transformado  en museo. Todos amamos  la fantasía creadora  que se despliega al ver estas casamatas, y torres, puentes de piedra y grandes portales para la caballería. En muchos casos poco accesibles. También con santas bárbaras –polvorines-- de otros tiempos. Pues fueron fortalezas de protección con vigías al mar. En Escocia por Ej.  para prevenir las incursiones de los vikingos, fueron  construidos en los siglos XI , XII y antes aún.

 Los hay en Suiza, en Arlesheim por ejemplo, en las cercanías de Basilea,  con grandes viñedos a los pies, en las laderas, con parques de paseo y juegos de agua, con construcciones que se  han comprobado  romanas,  aún realizadas por mandato de  Julián Apóstata.



Nuevamente restauradas, un  pequeño lago, un espejo de agua que refleja los añosos árboles y el cielo de azul seda. Se camina por la así llamada Solitude rodeando ese hermoso paraje acuoso que hoy contiene nuevamente grandes peces, aquellos que fueron rescatados del fondo de lodo y juncos, hay un muelle en forma de ojo de cerradura de hermosa madera, que conocí hace 50 años, hoy simplemente puesto a nuevo, limpio, prolijo con buen barandal para poder apoyarse con los brazos  y mirar hacia dentro del agua. Este muelle que se adentra sobre el lago y en su hermosa cabeza redonda  podemos ver otros paseantes con niños. Los niños suelen llevar  migajas para los bonitos patos silvestres que allí conviven con tinguas negras de cresta roja sobre  el  pico y los peces que aman ese lodo, es la carpa común Cyprinus carpio propio pez de río de agua dulce, de origen oriental

Tnguas negras con crestas rojas cobre su pico
Patos silvestres, macho turqueza y hembra bataraza














Carpa - Cyprinus carpio

Alguna vez pensé que son truchas o salmones, pero en los años que he ido a visitar este lugar nunca he visto ir peces río arriba entre piedras y piletas. Es río, riacho, aunque de montaña, nada  correntoso  como agradan a las truchas, desciende sereno,  salvo en el deshielo e igual es  sereno y  su agua corre entre piedras, en ciertos lugares con verde musgo y pastizales en su vera. A los lados suele haber praderas y en ellas las vacas lecheras grises pastan con su cencerro típicamente suizo, la vaca madrina y toda la manada que la sigue y el cencerro que resuena con el movimiento al mascar, al inclinarse cada cabeza  al verde alimento. Creo que los campesinos aman ese sonido, varias vacas tienen al cuello su música y cada una da un diferente sonido, Una melodía que permitiría al pastor de antaño recostarse bajo los árboles y dormitar o soñar despierto hacia su futuro.

Y el año anterior en Septiembre he comprobado que las "gallinetas" de cresta roja sobre el pico y correteando  por suelo para nada temen a las personas,  hasta con su cría salen del agua al camino y sólo se escurren si uno se les acerca demasiado con alguna intención o simplemente abren lugar para que uno pase y vuelven a caminar en la orilla entre los juncos.

Quien pudiese mirar hacia el pasado y ver, mirar, en el siglo octavo, allí hubiese visto al pescador Anfortas en su barca recostado conversando  con Parzival e invitándolo a su castillo, diciéndole que si sigue el sendero  lo verá con el puente levadizo bajo,  abierto el portal  y podrá ser atendido, también su cabalgadura, diciéndole que como su invitado cenará con él y podrá pasar la noche allí.

Wener Greub  1909 - 1997



















Es la primera vez que Parzival llega al castillo de los Caballeros del Grial, los Guardianes del misterio de la vida, Y Ganga Greida,  el alimento que camina, será visto por el joven por primera vez. Construido estaba ese edificio en la ladera protegido, realizado de una construcción especial con la forma del cristal de jaspe, si leemos la descripción que hace Wolfram von Eschenbach en su epopeya Titurel.  Su sitio, ha dicho  Werner Greub, docente, matemático, escritor e investigador ya fallecido, fue adosado al  Hörnli,  justamente sobre su suelo de roca, reluciente patio de jaspe también donde los corceles  se resguardaban tras la muralla, en las caballerizas.

Hoy sobre el Hörnli se encuentra el cementerio  y un fotógrafo tiene una página sobre La vida en el  campo santo. Las imágenes son muy expresivas, distintos tipos de pájaros, la ratona  con su pico lleno de  alimento para sus pichones, los ciervos y su familia. Hasta aquellas hembras jóvenes que comen los narcisos que se colocaron en una tumba. Los “picapalo” pájaros carpinteros en sus nidos en aquella fronda, pues tiene allí la fauna un hermoso parque, cuidado, prolijo, tan tranquilo que ellos son los reyes del lugar junto a los jardineros que cuidan y atienden el paraje. Una fronda, es fronda en parte todavía, con senderos, arboles y arbustos.

Del siglo VIII, IX al siglo XXI cuánta agua bajo el puente ha pasado por la vida de ese lugar. Y aquel campo, granja, lugar de vida de Parzival y su madre Herzeloyde, su prima Sigune y el escudero de su padre Schionatulander –el hermoso de la campiña­­—no estaba muy lejos del palacio de los Guardianes del saber de la vida.
Parzival por Odilon Redon  1892
Más si alguien nos relata esto queremos comprobaciones y no nos basamos en aquel verdadero Meister Kyot, Willehalm / Guilhelm / San Guillermo, quien estuvo presente en aquellas épocas y ya muy anciano relata a Wolfram von Eschenbach la verdadera Gesta del Grial que un poeta francés  desvirtuó haciendo de ello un relato romántico, despojándolo del contenido espiritual que era su escencia, el misterio de antiguas iniciaciones, aún vivas en ese entonces. Pues queridos lectores,  se llamaban esos caballeros los muertos vivos, muertos para la corte, la vida mundana, la vida cortesana de aquella lejana época

Y vivos verdaderamente, viviendo su vida  retirados en meditación y oración, eremitas en muchos casos,  dedicados a la vida monástica en sus principios, al estudios de las sagradas escrituras, la Biblia y los Evangelios, a la agricultura, al cultivo del Bien. Y los caballeros en búsqueda de El Santo  Grial en esas épocas tan salvajes, eran  aquellos dedicados a ejercitar virtudes y además dedicados a la ayuda al prójimo en esos tiempos de ignorancia, donde el vulgo campesino era capaz de cualquier “brujería”,  pues no hay más mal instructor que la ignorancia- Popular o pública pues produce masa sin raciocinio. Y esas épocas pretéritas tan bravías fueron necesitadas de maestros en virtudes y en el Bien, en humanidad, en sacrificio, respeto y caminantes con cabalgaduras jinetes y espadas, solitarios por senderos inhóspitos, hoy les diríamos senderistas en hacer llegar la cultura  hasta los lugares más recónditos. Entre bosques y pequeñas praderas cultivadas, pasando por frondas oscuras y hasta en muchos sitios,bosques, ríos y montañas sin senderos, impenetrables.

Y ha sido un gran mérito de este matemático suizo Wener Greub haber rescatado con sus estudios e investigaciones los verdaderos lugares históricos  de esa época carolíngia y sus paladines, algunos de los cuales en la comprensión de la buenaventuranza emprenden un camino de abnegación civilizadora.

El caballero polaco por Rembrabdt,  en imagen:  Parzival
Otros dejan de ser cortesanos y consejeros de reyes  de aquellas épocas y realizan un camino rosacruz como San Guillermo en el desierto cuyos restos del castillo aún se encuentran en recónditos lugares que con sus antiguas piedras derrumbadas indican la labor de recogimiento y labranza de la tierra, hogar terrenal del dios Sol de la antigüedad, el Dios hecho hombre, el Hijo del Hombre, vida en veneración del Mesías, nuestro señor Cristo Jesús, la veneración de la vida, el Santo Grial.

El señor Wolfram von Eschenbach
La Loma, 23 de Enero 2017
Tatiana Schneider

No hay comentarios:

Publicar un comentario