jueves, 18 de enero de 2018

El cardo mariano

El Cardo Mariano






Cuando Dios creó las flores, les preguntó a cada una: “¿Cómo te vamos a vestir?” Algunas querían ser grandes y robustas, otras deseaban exhalar dulces perfumes. Una prefería tener flores rojas, otras azules y otras también blancas. Y Dios concedía todos sus deseos.
Así fue como un día se dirigió a una flor: “Tú, pequeña criatura, dime tus deseos más queridos. “¿Quieres crecer o quedarte pequeña? ¿Quieres llevar flores rojas, amarillas o azules?”
“Yo sólo tengo un deseo”, respondió la planta. Me encantaría conservar mis flores hasta el nacimiento del niño Jesús si es posible. En cuanto al resto, me presto a todo: tanto a trepar como a llevar espinas”.
Amablemente Dios sonrió creó… al cardo mariano.
Este cardo crece en el suelo, sus hojas están llenas de espinas, pero sus flores brillan como estrellas de plata que se abren justo en Navidad, para saludar al niño Jesús.



Georg Dreissig






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