sábado, 20 de enero de 2018

Salvaciones anímicas, salvavidas de mi vida, ¡salvación espiritual decisiva!

Ya que mi destino me llevó a aprender el idioma alemán a los 23 años como idioma extranjero, puedo discernir hoy con 76 años de la literatura antroposófica actual, aunque no a la perfección todavía, lo importante de lo secundario. Debido a mi interés lo cual aún siguen siendo las personas, su vida, aquellos que se encontraron con Rudolf Steiner. Rudolf Steiner mismo. Así comencé a trascribir en versión castellana todo lo que fui hallando y hollando en la vida de muchos, quienes escribieron sus memorias o sus biografías con relación a su maestro y guía espiritual en persona o a través de la literatura por él escrita. Algunos los conocí personalmente, otros fueron mis maestros en la Formación de maestros Waldorf en Dornach 1971-1972.

Acabo de recibir la última publicación del año, Diciembre 2017 Nº 282, de la revista "Anthroposophie" que edita cuatrimestralmente la Sociedad Antroposófica de Alemania y me admiro de todos aquellos que escriben allí. Sobre Arte, Recuerdos, Obituarios, Del Trabajo Antroposófico y las Reseña de ediciones de libros nuevos.

Deseo relatar con mis palabras del ámbito Recuerdos  "sua fata habent libelli" Los libros tienen su propio destino.
El señor  Justus Wittich encuentra un libro entre sus compras de anticuario, en uno de ellos le llama la atención la dedicatoria a una Confirmación firmada por Kurt Kehrwieder. y este nombre le recuerda una anécdota que uno de sus propios maestros relató como  "El maestro-leyenda",
Oh! sorpresa el maestro de la leyenda llevaba el mismo nombre que el de la dedicatoria. Por el Dr. Google como yo lo denomino, encuentra a Kehrwwieder ya de 88 años viviendo en Bochum. Wittich le escribe y también le remite el libro y le  relata lo que recuerda del "Maestro-Leyenda".

La respuesta del señor Kehrtwieder es considerada digna de publicarse, relata una juventud bajo la egía de Hitler, los peligros a los cuales los jóvenes estaban expuestros por propaganda, por las maneras de mentir, de engañar y distorciones de la vida divina, Cristo, todo comenzó siendo casualidad, pero los jóvenes quedaban con esas "parole" capturados.

Y los párrafos siguientes son, "No se puede considerar de otra manera, dice el autor mismo, son salvaciones anímicas, las que logró el teatro. Le debo a dos de nuestros maestros que estaban comprometidos y en servicio que tuviésemos 15 representaciones, y todavía en Febrero 1945, de la obra de Schiller "Die Räuber", Los Ladrones. No sólo hemos actuado sino de las palabras nos "alimentamos". De esos dos maestros hablaba la verdad más pura, limpia, era honrada.

Uno era nuestro maestro de Biología y al mismo tiempo, escenógrafo y regisseur, director de teatro. En aquel entonces yo no sabía nada de Antroposofía y recién hace un par de años en el semanario "Das Goetheanum" leí de un "espíritu libre y creativo" y allí se hablaba de Otto Landau mi altamente apreciado y venerado maestro de la escuela en Kiel, quién nos acercó la Biología con pensamientos llamativos, y nos los dió a conocer de esa manera: fascinantes, en definitiva él había estado con Steiner en Dornach en 1920, estaba comprometico con Antroposofía y lo mantuvo en silencio. Lástima que después de la guerra yo no retomé la relación con ese maestro.


Herbert Kelletat  *1907 +2007
Solamente después de esta reelaborada  "Saga", Los Ladrones, desde principios de 1945 y hasta los finales del año me siguió "el canto", para mi joven de 17 años que nunca había hecho música y no conocía ni una nota musical, el encuentro con este "salvavidas de mi vida" era el director de Música de Königsberg Herbert Kelletat (1907-2007) quien en nuestra pequeña ciudad logró el milagro de dirigir el "Messias" Y esa fue nuestra verdadera confirmación, la de Jürgen Schriefer, a quién usted seguro conoció, la mia y la de otros alumnos. Nosotros vivenciamos por primera vez al Cristo. 

Y todavía viví una tercer maravilla el encuentro con Irene Wollborn, maestra Waldorf y cofundadora de la  primera Escuela Waldorf en Essen, que desde 1943 como evacuada vivía en la casa de la familia Joerges -- y enseñaba.

Esto fue para nosotros por así decirlo ¡la salvación espiritual decisiva! de nuestra antigua aula sólo quedaban Schriefer, yo y cinco jovencitas más, cuya última tarea  conjunta fue lograr en 1947 el bachillerato...
Es cierto, todos estos hechos tienen aspecto de leyenda, disculpe usted que yo le haya impuesto tanta biografía personal                        
                                                        Cordialmente suyo                      Kurt Kehrwieder, Bochum

La Loma, Sábado 20 de  Enero 2018
Tatiana Schneider


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