miércoles, 7 de febrero de 2018

Tres cuestiones ... en Euritmia

 Durante mi formación como educadora Waldorf en el Seminario Pedagógico Waldorf del Goetheanum, Dornach, Suiza, bajo la dirección de Georg Hartmann, hace ya 46 años. Tuvimos dos profesores de Euritmia durante medio año cada una. Una señorita muy exigente, muy agradable y eficiente, hasta ella misma había confeccionados los vestidos de euritmia que usamos en sus clases. Otra euritmista realizó con nosotros euritmia de colores, casi al final de nuestra formación, debido a que ella tenía a su cargo las clases de Pintura con Acuarelas, Elizabeth Wagner Koch.. En el otro medio año que comento estuvimos bajo la conducción de Christoph Graf y recuerdo sus clases como las más interesantes, de constante ejercicio y en movimiento, a veces parecíamos salir de una sauna y solo por la alegría en el movimiento con muy pocas pausas. Fue un hermoso y fructífero aprendizaje. Y al leer esto necesité traducir y realizar una separata, para volver a estar agradecida por lo aprendido

















Tres cuestiones  escritas por  Wolfgang Held, e impresas en el semanario “Das Goetheanum” números 3-4 del 19 de Enero 2018.

Ya  hace 20 años que el Grupo de Euritmia con Christoph Graf se presentó en la Muestra Suiza de Educación en Winterthur. Después de la función se acercó un hombre joven a los euritmistas  y les dijo, que él estaba sumamente sorprendido que pudiese encontrar aquí sobre el escenario tantas personas clarividentes.  Los que lo escucharon no estaban menos sorprendidos, de manera que el hombre aclaró, que él mismo pudo  percibir  en el tiempo prenatal en el cuerpo  materno las corrientes de la vida  y con esa experiencia siempre ha estado solo. Ahora con la euritmia. por primera vez él ha podido ver esos movimientos con sus ojos.

Tres cuestiones aparecen  aquí  y de importancia.

Por primero: él ve algo en la Euritmia, que los mismos euritmistas no han pensado ni  expresado. Así es en el arte: Los, o el observador no reconoce los movimientos de la vocal A, ni la posición  de los brazos en el ámbito musical de  quintas,  no ve aquello que los euritmistad han integrado, sino él ve algo nuevo, propio. Euritmia no necesita entonces de los antropósofos, aquel que nuevamente reconoce de que se trata, sino la mirada nueva libre de prejuicios, así la presentación se convierte en arte.
Por segundo la persona clarividente no encontró el camino a una presentación eurítmica en el Goetheanum, la Euritmia tuvo que ir a él.
Y por tercero: Así,  presentarse en la Diáspora quiere decir dejar de lado una cobertura externa e introducirse en una interna. La liberación hace un salto hacia el espectador, de una vez se contemplan y experimentan sin veladuras, cada una, todo aquello que hay para ver.


La Loma, Miércoles 7 de febrero de 2018
Tatiana Schneider

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