sábado, 8 de diciembre de 2018

Navidad, un fiesta relacionada con la inspiración.


En el Jordán  - Giotto

Para comprender los cambios relacionados con las fiestas y conmemoraciones cristianas, especialmente para nosotros, los adultos, para tener como trasfondo al realizar los festejos con los niños, quienes sienten intensamente nuestra manera de venerar un hecho real y también espiritual acahecido.
Pues dependerá de nosotros que se mantenga esa capacidad de venerar, de expectativa interna que es señal de alegría hacia aquello que aún está por llegar, es una mirada al porvenir verdadero, al futuro de la humanidad.
Por ello tenemos que tener presente las transformaciones históricas de la Fiesta de la Natividad del Señor. Originariamente los primeros cristianos consideraron que fueron tres los nacimientos sucedidos. Así como nos relatan los Evangelios, el mensaje de los ángeles.
Uno aquel nacimiento al cual acuden los pastores del campo en la noche más oscura del invierno en el campo, cuando pasan la noche entera con sus rebaños y perciben a los ángeles que les anuncian la buena nueva.
Otro al cual acuden los Reyes, Magos quiere decir sabios y capaces de leer de los cielos los sucesos. Los Reyes de Oriente, a los cuales les guía la estrella  en todo su viaje, esa estrella que brilla serena sobre Belén.
Y el tercer nacimiento el ocurrido el 6 de Enero en el Jordán, cuando San Juan Bautista es testigo del descenso del ser solar, quien será de allí en más Cristo-Jesús por tres años.
 Epifanía del Señor se festejaba en los orígenes del cristianismo, el Día del Bautizo en el Jordán, el 6 de Enero, como el nacimiento celestial. Luego fue realizado un cambio hacia el 25 de Diciembre y Rudolf Steiner habló de ello en detalle en la conferencia "Navidad, una fiesta de inspiración", el 21  de Diciembre de 1911, editada en 1990 en alemán, en sus obras completas bajo el número GA 127.
Y la pregunta que se plantea es el porque durante siglos, durante milenios se presentó a la humanidad el Niño como lo más elevado, digno de admirar y de venerar. El motivo es que el ser humano puede aún mirar hacia el niño, el niño pequeño, aquel niño que aún no ha cumplido tres años y aún no se ha dicho "yo" a sí mismo. Y el hombre puede aún saber que allí lo divino actúa generando vida en el templo celeste creado por los seres del mismo cielo.
También porque el hombre puede ser capaz de concentrarse cuando no se ocupa de las cuestiones cotidianas y el sol se encuentra en la lejanía permitiéndole la introspección necesaria para poder interiorizar que el brillo solar está en ese Niño, que llega cuando uno puede hacer conciencia  de la confianza de su orígen divino, de su orígen espiritual.
Y se puede ver en ello una gran verdad que se ha colocado una Fiesta del Nacimiento del Niño en la evolución de la humanidad como signo, aunque incosciente, de una acción espiritual de sentido común, la cual señala un camino hacia el porvenir, hacia el futuro de la vida, que refuerza la fé en ella  y la confianza en el que vendrá, lo veraz, lo elevado de la humanidad, el ideal que se encuentra oculto en la profundidad del alma humana. Los ancestros han podido plasmar esa verdad, también para nuestro tiempo, donde nos amenaza el perder la confianza en el mundo espiritual,  del cual hemos venido a la Tierra para continuidad de la Creación divina.

Bapteme


Los Tres Reyes Magos por Asociación San Juan de Adeje, Islas Canarias



La Loma, Segundo domingo de Adviento, 9 de Diciembre 2018
Tatiana Schneider


1 comentario:

  1. Muchas Gracias Tatiana por compartir tus conocimientos y sentimientos. Fuerte Abrazo. Hugo

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