miércoles, 29 de noviembre de 2023

Adviento. La Luz viste encendiendo las velas con los versos dados por Rudolf Steiner para cada semana,

 Advent wreath candle lighting with verses given by Rudolf Steiner for each week.

“The first light of Advent is the light of stones. Light that live in crystals, seashells, and bones.
The second light of Advent is the light of plants. Roots, stem, leaf, flower and fruit by whom we live and grow.
The third light of Advent is the light of beasts. Animals of farm, field, forest, air and sea. All await the birth in greatest and in least.
The fourth light of Advent is the light of humankind. The light of love, the light of thought, to give and to understand.”


La primer Luz de Adviento es la luz de la rocas, las piedras. La luz vive en los cristales en las conchillas del mar y en los huesos.
La segunda Luz de Adviento es la luz de las plantas. Raíces, tallos, ramas, hojas, flores y frutos con quienes vivimos y cultivamos.
La tercera luz de Adviento es la luz de las bestias. Los animales de la granja, el campo, el bosque, el aire y el mar. Todos esperan el nacimiento en grandes y en pequeños.
La Cuarta Luz de Adviento es la luz de la humanidad. La luz del amor, del pensamiento, el dar y el comprender.


martes, 28 de noviembre de 2023

Rudolf Blume, Veronika Tschakalow de Blume e Ingeborg Knäpper.


Rudolf Blume, Veronika Tschakalow de Blume e Ingeborg Knäpper.

Maestro de aula, Maestra de Euritmia y Maestra de nivel inicial, antes llamado jardín de infantes. Todos colegas de la Escuela Rudolf Steiner, en aquel entonces Paula Albarracín de Sarmiento, de la localidad bonaerense de Florida, Tante Ingeborg, así la llamábamos, y Rudolf ya han fallecido. El encuentro de la fotografía ha sido con motivo de un cumpleaños de la señorita Knäpper.

Se alegra el alma con un recuerdo tan preciado. Maestros jóvenes  recién llegados de Europa para enseñar en la Escuela Waldorf.

Y una educadora que los sábados hacía un teatro de títeres gratuito para los niños del Kindergarten y venían también los del barrio. Las madres o abuelas traían algo para compartir después de la función y era una cálida fiesta sabatina. 

Los personajes: Kasper, su abuela. el Polimanzist eran muy conoccidos y vitoreados.  La señorita Ingeborg Knäpper escribió michos episodios ella misma, sencillos, graciosos y de buen final. El Bien es el vencedor siempre.

He visto hace muchos años un cuaderno ajado de tanto uso, con hojas sueltas ya de repleto que estaba, Hoy sé que era una joyita.



Voluntad para sobrevivir.

Voluntad para sobrevivir.

Berioza. Abedul blanco o abedul europeo. Betula alba.

Betula es un género de árboles de la familia Betulaceae y del orden Fagales. El nombre común «abedul» designa a varios diferentes árboles caducifolios pertenecientes a este género; a veces también se designa con este nombre a los alisos, árboles pertenecientes a la misma familia.

Los bosques de abedules amados por mi madre en su tierra natal.

Hoy nuevamente Ucrania en conflicto bélico con Rusia.

Odessa y la salida al mar. Barbarie, poder, riqueza y destrucción  sin contemplación. Entre vecinos, hermanos y niños.









Dirigirnos hacia la Luz

"Dirigirnos hacia La Luz,

en tiempos de angustiosa oscuridad.

Alzar la mirada del alma

hacia el Aurora Espiritual,

Ésta sea la voluntad del hombre

¡Ahora y Siempre!"

Rudolf  Steiner.  

Arte: Volodymyr Kozyuk,  Ucrania



martes, 21 de noviembre de 2023

El 24 de septiembre es el Día Mundial de la Euritmia.




El 24 de septiembre es el Día Mundial de la Euritmia.

El 24 de septiembre de 1912, Marie Steiner dio el nombre de “Euritmia” al arte del movimiento desarrollado con Rudolf Steiner. Desde entonces ha habido una amplia gama de aplicaciones en el escenario, en pedagogía y terapia, así como en áreas de trabajo social. La interacción siempre cambiante entre lo individual y lo común es una expresión de la dignidad humana.
La palabra no era una nueva creación; fue utilizada, por ejemplo, por Johann Wolfgang Goethe y Émile Jaques-Dalcroze con un significado ligeramente diferente.

lunes, 21 de febrero de 2022

 



En las leyendas del Gales medieval, Ceridwen es una poderosa hechicera.

El relato de su leyenda aparece en el cuento medieval de Taliesin. Aunque se dice que el poeta vivió en el siglo VI, el Cuento de Taliesin no se escribió hasta casi mil años después, a mediados del siglo XVI.

Este romance medieval cuenta que Ceridwen y su familia vivían cerca del lago Bala, en Gwynedd. Ella y su marido, Tegid Foel, tenían un hijo y una hija.

Su hija, Creirwy, era muy querida por su madre. Era una de las tres niñas más bellas de toda Gran Bretaña.

Sin embargo, Ceridwen tenía menos amor por su hijo. Morfran, también llamado Afagddu, era tan horrible que apenas podía soportar mirarlo.

Sin embargo, Ceridwen seguía queriendo a su hijo y esperaba darle otro regalo, ya que no tenía la belleza de su hermana.

La hechicera tenía un caldero mágico. Decidió preparar a Morfran una poción que le daría sabiduría e inspiración poética más allá de todos los demás hombres, llamada Awen en galés.

La poción de Awen tenía que ser elaborada durante un año entero. Ceridwen contrató a un ciego llamado Morda para que atendiera el fuego que había debajo y a un muchacho llamado Gwion Bach para que removiera constantemente el líquido.

Los asistentes fueron advertidos de que debían tener mucho cuidado con su trabajo. Mientras que las tres primeras gotas del contenido del caldero harían sabio a Morfran, el resto era un veneno fatal que podía matar a una persona en instantes.

Sin embargo, Gwion Bach se descuidó y se quedó dormido mientras trabajaba, y unas gotas de la poción le salpicaron el pulgar.

El líquido caliente despertó a Gwion Bach de su sueño e instintivamente se llevó el pulgar a la boca para calmar la quemadura. Al hacerlo, bebió las tres gotas de poción destinadas al hijo de Ceridwen.

Sabiendo que la hechicera se enfadaría, Gwion Bach huyó del lago Bala. Sin embargo, Ceridwen no tardó en enterarse de lo sucedido y lo persiguió.

Utilizando la nueva sabiduría que le había dado la poción, Gwion Bach se transformó en una liebre y Ceridwen se convirtió en un galgo.

Se convirtió en un pez y saltó a un río para huir nadando. Ella se convirtió en nutria e intentó sacarlo del agua.

Cuando Gwion Back se convirtió en pájaro para escapar por el aire, Ceridwen se lanzó tras él como un halcón.

Finalmente, Gwion Bach intentó esconderse como un pequeño grano de maíz. Sin embargo, Ceridwen se transformó en una gallina y se tragó el grano.

Sin embargo, la poción había dado a Gwion Bach unos poderes tan grandes que no murió.

Ceridwen pronto se dio cuenta de que estaba embarazada. Sabiendo que el niño que llevaba era la reencarnación de Gwion Bach, decidió matarlo en cuanto naciera.

Sin embargo, cuando llegó el momento, Ceridwen no se atrevió a quitarle la vida al recién nacido. Era demasiado hermoso para dañarlo.

En su lugar, lo colocó en un coracle y lo dejó a la deriva en el océano. Aunque no quería que sobreviviera, no podía hacerle daño.

El príncipe Elffin ap Gwyddno encontró al niño en la costa de Aberdyfi. Adoptó al niño y le puso el nombre de Taliesin, la legendaria púa de Gales.

Morfran no consiguió la poción de Awen, pero, no obstante, se abrió camino en el mundo. Se convirtió en uno de los guerreros del rey Arturo y, según una leyenda, sobrevivió a la batalla de Camlann porque era tan horrible que los combatientes enemigos pensaron que era un demonio imposible de matar.

Interpretación histórica del mito de Ceridwen

Dado que la leyenda de Ceridwen se escribió en una fecha tan tardía, es difícil saber hasta dónde llega la historia.

Los relatos anteriores inspirados en Taliesin mencionan a veces a la hechicera por su nombre, pero no se conservan detalles sobre su papel en el cuento.

Basándose en el estilo del texto, muchos historiadores creen que el Cuento de Taliesin se basa en un poema del siglo IX. Sin embargo, incluso entonces creen que algunos elementos de la historia pueden haber sido modificados y ampliados por escritores posteriores.

El caldero de Ceridwen aparece en algunas de estas fuentes tempranas, pero no se conservan detalles sobre lo que puede haberse elaborado en él. La mayoría de los historiadores creen que aparece como hechicera en obras anteriores, pero que su papel como creadora de las habilidades poéticas de Taliesin fue una invención de la Edad Media.

Si este es el caso, el cuento no refleja la mitología galesa primitiva. Aunque Taliesin es una figura central en muchas de las leyendas galesas de la primera Edad Media, la historia de la poción de Ceridwen no arroja mucha luz sobre las antiguas creencias galesas.

Sin embargo, puede dar pistas sobre la forma en que los escritores galeses de la Baja Edad Media veían su tradición.

Aunque es probable que la historia de Ceridwen no esté totalmente arraigada en la mitología galesa, tiene paralelismos con muchos mitos de otras culturas. Esto no muestra la influencia temprana en Gales, sino las influencias que otros relatos tuvieron en escritores posteriores.

El awen, por ejemplo, es un concepto muy arraigado en la cultura galesa. Sin embargo, su destilación en una poción no aparece en otras leyendas.

El brebaje de Ceridwen puede estar inspirado en los mitos nórdicos tal y como fueron escritos por autores del siglo XIII. El Aguamiel de la Poesía de Odín es otro brebaje mágico de un poderoso caldero que tenía el poder de conceder inspiración poética.

El hecho de que Gwion Bach se chupe la poción del pulgar está probablemente tomado de una leyenda del siglo XII sobre la infancia de Fionn mac Cumhail. En una historia casi idéntica, el héroe irlandés chupa el jugo del Salmón del Conocimiento de su dedo y obtiene su sabiduría en lugar de su destinatario.

La escena de la persecución de los cambios de forma aparece en muchos mitos. Tanto los mitos nórdicos como los irlandeses utilizan el motivo cuando los embaucadores escapan del peligro, y las diosas griegas solían utilizar tácticas similares para escapar de pretendientes no deseados.

Del mismo modo, el embarazo por comer una semilla o un insecto es otro tema común en las religiones más conocidas. En la mitología irlandesa, Etain renace de este modo; algunas historias griegas afirman que Dioniso nació de una semilla, por poner un ejemplo.

También es común la historia del bebé a la deriva en el mar. La inspiración podría ser la infancia de Perseo, pero un escritor medieval también habría tenido muy presente la historia bíblica de Moisés.

Aunque muchas de estas inspiraciones proceden de la antigua Grecia o de lugares más lejanos, muchas provienen de otras culturas celtas, concretamente de Irlanda.

Esto puede considerarse una prueba de que, aunque la historia de Ceridwen no fuera un mito original, se hizo un esfuerzo para que la historia mantuviera los temas y el tono de otras leyendas celtas.

 21 de Febrero de 2022


lunes, 30 de agosto de 2021

Un texto es la partitura del lenguaje - Irene Vallejo

 "He aprendido a leer por segunda vez. A través de los ojos de mi hijo, he revivido aquel asombro ante el misterio intacto de las letras, el esfuerzo del desciframiento, la tarea lenta y balbuciente de ordeñarles su sentido a las palabras. Mis labios han vuelto a silabear mientras su lengua iba desenmarañando los sonidos ocultos en los signos. No es tarea fácil arrebatar las páginas al silencio. De niña no fui consciente, pero ahora me ha fascinado la operación tan extraña, sinestésica y mestiza que implica enseñar a los ojos a escuchar.

Un texto es la partitura del lenguaje; las palabras, aire escrito. Ahora mismo, con tu mirada, tú extraes música callada de estos párrafos. El alfabeto es un hermoso invento para conservar la huella del pensamiento, también para comunicarnos a distancia. Pero no es la única forma de hacer viajar los mensajes. Nuestros antepasados encontraron otros modos de atravesar el horizonte con sus frases. Así idearon el lenguaje de humo o el idioma rítmico de los tambores. En La Orestíada, Esquilo describe cómo Agamenón envía noticias desde Troya a Grecia a través de una hilera de hogueras que los vigías van encendiendo sucesivamente desde sus puestos de guardia, de torre en torre y de montaña en montaña, como un telégrafo de fuego. Los incas transmitían relatos y órdenes mediante nudos en sus quipus, hablándose con el grosor de los flecos, los colores y las ataduras. Desde siempre nos apasionan las tramas, la urdimbre y el desenlace de los relatos.
Recientemente el escritor Juan Camilo Rincón me descubrió un asombroso método de comunicación creado por las esclavas colombianas. Tras una rebelión y largas luchas, el gobernador de Cartagena de Indias reconoció la libertad de San Basilio de Palenque. Surgieron rutas secretas para huir a esa ciudad, donde, tras una peligrosa aventura, esperaba el fin de la servidumbre. Aquellas mujeres negras inventaron un código para memorizar el itinerario: trenzaban el cabello en forma de mapa. En ese entramado de peinados que delineaba los pasos y las vías, sus cabezas portaban, sin que nadie lo sospechase, el sueño de una fuga, la cartografía de una nueva vida.
A lo largo de milenios hemos sido capaces de escribir con humo, cuerdas, pelo; incluso —sorprendentemente— con los ojos. Utilizando secuencias de puntos y rayas, Samuel Morse creó hace casi dos siglos un sistema eléctrico para desafiar largas distancias. Como sus señales son tan sencillas —cortas y largas—, el código morse se puede utilizar también con sonidos, luces o gestos intermitentes. En 1966 un piloto norteamericano prisionero de guerra en Vietnam fue obligado a grabar una entrevista televisada. Mientras recitaba frente a la cámara el discurso dictado por sus captores, parpadeó en morse la palabra “tortura”. En una inesperada pirueta comunicativa, su rostro fue capaz de lanzar dos mensajes al mismo tiempo y así consiguió narrar todas las caras de su historia.
Somos seres entrelazados, fabricamos tapices de palabras, nos anudan los hilos del lenguaje. Desde que nacemos enviamos señales con las manos, el arco de las cejas, los titubeos. Por eso, cuando alguien se muestra transparente, cuando su mirada y su gesto reflejan con claridad lo que siente, decimos que es un libro abierto. Misteriosas escrituras desvelan nuestra historia: los surcos de las arrugas y las incisiones del tiempo, como los anillos de los árboles; las cicatrices; la caligrafía de la maternidad; las ilustraciones de los tatuajes; el subrayado de las ojeras; los borrones de las moraduras. En la película The Pillow Book, de Peter Greenaway, una joven escritora recibe una carta de un editor reprochándole que sus versos no valen ni el papel en el que están escritos. A partir de entonces, ella redacta sus poemas con exquisita habilidad en la piel de sus amantes, creando libros carnales que le granjean un enorme éxito. Miro a mi hijo enfrascado en su lectura y trato de leer sus manos aferradas al libro, sus ojos caminando por las líneas, sus labios dibujando sílabas en el aire. Nuestros cuerpos son página, atlas y partitura: narran lo que no está escrito."
Irene Vallejo
Te leo como un libro