viernes, 3 de junio de 2016

Agricultura biológico.dimámica an Argentina. Reporte de Ueli Hurter, Sección agrIcultura del Goetheanum, Dornach, Suiza

En la Sociedad Antroposófica en la Argentina hemos tenido una visita especial gracias a la dadivosidad de la señora Rosemarie Mampaey, estanciera de ley y  amante de la agricultura biológico-dinámica, al cual  entre sus presmisas es de gran importancia proteger la tierra, conservar su capacidad salutífera y productiva y dejar de desgastarla con los cultivos intensivos, especialmente los modoficados genéticamente. El lucro va adelante en desmedro de la salud de la humanidad.
Aquí una traducción de su reporte para la Sección Agricultura de la Escuela superior para la ciencia espiritual en Das Goetheanum, Dornach Suiza.
Es merecimiento la lectura pues nuestra conciencia y autoconciencia distan mucho de tner conocimientos concretocon respecto a la agriculura biológico.dinaámica en nuestro país.
Y además es un trozo de historia actual.


Traducción del reporte de su:

Viaje a  la Argentina  del 17 al 28 de abril del 2016
Ueli Hurter, Sección de Agricultura, Goetheanum

Invitado por representantes del movimiento biodinámico en la Argentina pude pasar 10 días en el país y conocer algunos lugares de trabajo y a muchas personas.  Juan Martin Richter me condujo a la finca „La Choza“ que está cerca de  la periferia  de Buenos Aires. Junto con 2 socios maneja las 130 ha. desde hace unos 7 años. La finca pertenece a la Comunidad de Cristianos y desde hace décadas es un lugar pionero del movimiento biodinámico en la  Argentina. El tambo con elaboración y  comercialización conforma la columna vertebral. además hay una huerta y un cultivo de 15 plantas medicinales para la Weleda. En la finca se hacen y se aplican todos los preparados. La venta se desarrolla bien, la finca tiene un negocio propio en la ciudad.  Son necesarias inversiones pero falta el dinero. Después del reciente cambio de gobierno se ha encarecido la construcción; la inflación del peso está por el 30%, toda la importación se calcula en dólares estadounidenses.  La comunidad de la finca está bien encaminada y al mismo tiempo está expuesta a tensiones extremas. El abismo entre el paso evolutivo casi tangible y la imposilidad de concretarlo es mucho más extremo que en Europa, y diariamente se lo vivencia y supera. Y también aquí vale esto, que la labor con el suelo, plantas y animales no es más que una de las mitades; la otra mitad es la labor en el entorno social, en su dimensión económica, humana y cultural.
En la Sociedad Antroposófica en Buenos Aires se organizó en muy corto plazo una conferencia. Sorprendentemente el local estuvo repleto, también con gente joven,  y el eco fué bueno.
Después le siguió un viaje nocturno en ómnibus de varios cientos de kilómetros a la región de Córdoba. En la población de „Villa General Belgrano“  hay  desde hace años una especie de colonia antroposófica de  equipo alternante, con fincas, una escuela Waldorf y „El Rincón“ un centro de seminarios. Junto con Simón Blaser, un suizo del sur de Brasil y Regina Haller, una suiza de la provincia de Misiones del noreste de la Argentina  conformamos una „swiss-connection“ invitados a visitar y pernoctar en la finca de Nuria y Diego Vergelín. Ellos pertenecen al „núcleo fuerte“ (o también „carozo duro“)del movimiento biodinámico en la Argentina y sus hijos Micael y Gabriel están como colaboradores en casa en L‘Aubier, Suiza. La finca, ubicada completamente en el monte, es pequeña y  cuidada  y  cultivada con sumo esmero. 3 vacas y un jardín y algunos árboles frutales proporcionan los productos que de la manera más variada son elaborados en la casa y vendidos localmente. Un adicional llega además por la ocasional actividad de asesoramiento de Diego.  Todos los preparados se elaboran y se aplican en la finca, también se venden y se entregan. Este tipo de „finca jardinera“ es bastante común en el movimiento biodinámico en  la Argentina, y hace factible un presupuesto familiar ceñido sin gran necesidad  de capital; la vida y el trabajo están íntimamente entretejidos.
En el centro seminarístico „El Rincón“ se reunieron al día siguiente 70 personas de todas las regiones de la Argentina para el seminario „Formar futuro“ y  a continuación para la Asamblea anual de la AABDA.  En una primera ronda dieron sus informes los representantes de 11 regiones de este país con sus gigantescas dimensiones entre la Patagonia en el sur y Misiones en el norte, entre Mendoza en los Andes y Buenos Aires junto al Atlántico.  Se mueven consideraciones y  hay discusiones  sobre ciertas actividades que hasta ahora se habían organizado para todo el país, de tenerlas más localmente repartidas  en las diferentes regionales, así como por ejemplo el curso de formación en biodinámica que se da 4 veces al año y cada encuentro con una duración de una semana. En el seminario „Formar  futuro“ tratamos de incorporar  este ambiente de cambios. Partiendo de la pregunta: „¿Adónde estoy  yo con mi compromiso dentro del movimiento biodinámico de la Argentina?“ transitamos por todo el proceso en U y tuvimos al final nueve grupos temáticos cada uno con un perfil de tareas desde el futuro, que deben y pueden asumirse. Abierta y activamente  se encaró el ingreso creativo, no dogmático, que lleva a las honduras de los desafíos del futuro, y  que significó para muchos  y para todo el grupo una especie de „tipping-point“  de un mundo devenido(terminado)hacia un mundo deviniente (a devenir). Esta mutación la reforzamos  también por la conmemoración en común  de los fallecidos pioneros de la labor biodinámica en  y para la Argentina, especialmente Käthi y Peter Blaser, Martín Richter, Gloria Lorente, Harald Tomys, José Drescher, Solveig von Hassenbach, su esposo Joaquín así como otras personalidades. A la noche del segundo día siguió todavía una conferencia pública en el salón municipal a la que asistieron unos 100 oyentes.
Después el viaje continuó hacia La Pampa. La pampa es una inmensa superficie completamente llana que abarca grandes partes de la Argentina y también partes de Uruguay y del sur de Brasil. El clima es favorable con aproximadamente  1'000mm. de precipitaciones, los suelos son de tierras negras llanas (flachgründig),  sin ninguna piedra, hay en todas partes agua potable. En esta superficie se practicó desde la colonización la famosa ganadería argentina con fases en que en los mejores suelos se hizo predominante el cultivo del trigo. Ahora desde hace algunos años ha estallado el boom total de la soja. La pampa  se ha convertido por grandes extensiones en una gigantesca monocultura sojera. Año tras año se cultiva soja transgénica. La aplicación de productos químicos es enorme. La pampa se asemeja  a un desierto, a un páramo productivo. La soja parece ser el producto de exportación más importante para la economía nacional argentina. Los gravámenes estatales en el primer escalón comercial son del 30-35% del valor de venta.  Con esto se ha financiado al estado y al gobierno de  Cristina Kirchner. Esta ganancia financiera se metió también en proyectos sociales pero fué comprada a base de inmensas pérdidas ecológicas. El suelo sufre y la fertilidad se agotará rapidamente. Hicimos una prueba de palada en un campo de soja recién cosechado: el suelo se quiebra en placas horizontales, ya a 10 cm de profundidad tiene olor anaerobio. Se han hecho mediciones/estudios que dieron por resultado  que un  suelo sojero semejante sólo puede absorber un 10% del agua de lo que era capaz el suelo pampeano originario que se había formado bajo la alfombra de pastos.  En estos momentos por la caída de 700 mm de lluvias en 20 días a pampa está prácticamente bajo agua -¿quizás también a consecuencia por los suelos arruinados?
También las pérdidas sociales son enormes, los agricultores llegan a una completa dependencia por un lado de los suministradores de semillas y productos químicos y por el otro lado por los comerciantes intermediarios. La agricultura se convierte en un engranaje en el mecanismo de la agro-industria.  Es justamente en este punto donde Diego Fernández y Florencia Leguizamón de la estancia „El Roble“, donde somos huéspedes, se han enganchado con su decisión de cambiar por la biodinámica: no más producción  de „Commodities“ para el mercado mundial anónimo y no más destrucción de la naturaleza. Ellos no se encuentran completamente solos, hay en la pampa norteña 8 establecimientos biológicos, que se reúnen en el grupo „Pampa orgánico“. Estos pocos emprendimientos unto con otros 8 de la pampa orgánica sur  - 16 en total  - tienen en conjunto 30‘000 ha.  de tierra, así que no son tan pequeños .La agricultura con integración de animales funciona en El Roble con rudos trazos, la elaboración y comercialización aún tiene que ser erigida. Los preparados se hacen  y aplican en el establecimiento. A estas personas que están colocando sus fincas como primeras agujas de acupuntura en el páramo de tecnología genética de la pampa, a estas personas hay que desearles que sigan teniendo un coraje tan grande  y  sostenerlas con nuestros mejores pensamientos desde la comunidad mundial de  la agricultura biodinámica.
La próxima ciudad es Rosario. Junto al río Paraná es como ciudad portuaria el centro de comercio y exportación para los productos agrícolas de la pampa. Esta ciudad cuenta con un „flair“, un aire cultural especial, que inmediatamente nos llega al encuentro cuando paseando a la noche por la costanera nos topamos con un pequeño festival de tango. Aquí también está la casa natal del Che Guevara y tomamos un café en el local del padre de Lionel Messi. Somos huéspedes de  Antonio Lattuca, que ha erigido aquí una red de huertas ecológico-sociales. Terrenos baldíos que en realidad son basurales, se toman para el cultivo.  Muchas familias de las villadas(slums) aprenden aquí bajo instrucciones el ABC de la jardinería biológica. Muchas mujeres pueden producir aquí una parte de la alimentación de sus familias y vender el excedente en el mercado.  Se nos explica que los habitantes de las villadas, que representan alrededor de un 15% de la metrópoli Rosario, son fugitivos del campo. Su arribo a las villadas ciudadanas es de una brutalidad inimaginable: el ansiado mundo del consumo está a la vista pero inalcanzable, ellos viven en y del desperdicio, a menudo presos del alcohol, drogas y criminalidad. En esta situación el compromiso en la huerta abre un pequeño espacio de humanidad  desde muchos ángulos. Lo más importante es que estas personas pueden volver a sentir la autoestima y la dignidad humana. El crear  un suelo fértil en la huerta también crea un suelo fértil dentro del ser humano,el crecer de las plantasen la verticalidad también erige al alma humana hacia la altura, y el cosechar y la venta de los frutos es como un primer paso en un espacio social sano. La variedad botánica en las huertas es muy grande dado que muchas de las familias traen consigo semillas de las regiones de donde provienen. Se cultivan verduras, pero también flores, frutas, plantas aromáticas y medicinales. Al hacer nuestra visita está lloviendo a cántaros, entre los canteros hay agua, nadie trabaja en la huerta – pero la persona responsable en cada espacio visitado  nos recibe con gran calor, apertura y sano orgullo.
A la noche hay una conferencia en el centro cultural de la ciudad. Llegamos en tiempo y todo está perfectamente organizado, incluso las banderas de Suiza y Argentina  flamean como en un encuentro ministerial, pero falta el proyector. Transcurre una buena hora hasta que está a disposición, lo que parece no importarle al público. Unos 250 oyentes siguen las exposiciones en las que me refiero al informe mundial de agronomía, a los ensayos DOK, a los fundamentos de la biodinámica incluyendo los preparados y mostrando algunos ejemplos de iniciativas biodinámicas, La atención es grande, lo que también se manifiesta a continuación en la ronda de preguntas. Dado que representantes oficiales y los medios locales están también presentes, espero que por esta conferencia Antonio Lattucca tenga más apoyo en la continuidad de su actividad con  la red. Él estuvo en febrero en Dornach para presentar su trabajo, ahora estuvimos nosotros con él – así se origina un mutuo apoyo y enriquecimiento.
Después de una excursión turística ida y vuelta hasta Victoria por el puente de 50 km sobre el río Paraná, que está crecido al máximo, vamos a Esperanza.   En esta pequeña ciudad en la provincia de Santa Fe hay una pequeña universidad de agronomía y veterinaria. Leandro, que trabaja para el reservado ecológico de la Fundación Federico Wildermuth,  ha organizado aquí una conferencia para los estudiantes. No vinieron más de 40 estudiantes – pero quizás se haya colocado una semilla  en uno que otro joven. El grupo estudiantil que se hace perceptible, muestra material informativo sobre la protección a la naturaleza. La agricultura y la protección a la naturaleza son contradicciones  en  la realidad aquí  vivenciada en el campo y también en las cabezas (mentes) – que la agricultura biodinámica es más que protección a la naturaleza, es decir que es cultivo de la naturaleza,  resulta para la mayoría un pensamiento sumamente difícil.
A la mañana siguiente vamos a la Fundación Federico Wildermuth. Normalmente el trecho desde el cercano poblado insume unos pocos minutos. Pero ahora estos caminos de tierra están intransitables  por la inundación, de modo que con el vehículo todo terreno (camioneta 4x4) tenemos que hacer un desvío de más de una hora por caminos totalmente embarrados y donde ineludiblemente también caímos una vez en la cuneta y con fuerzas aunadas  volvimos a poner a la pick-up en la huella y seguimos empujándola. La Fundación Federico Wildermuth es una estancia que desde generaciones está en manos de una familia, cuya representante calificada es desde hace décadas Rosmarie Mampaey.  De joven ,después de la Segunda Guerra Mundial, ella como media huérfana llegó con su madre desde Suiza  a la Argentina,  donde de la propiedad que originariamente abarcaba muchos miles de hectáreas  encontraron sólo unas 2000 hectáreas. El campo no volvió a ser arrendado sino manejado  primero a solas con ganado para producción de carne y más tarde con ayuda del administrador Uli Werner.  Más adelante, la mitad que representa la parte de herencia del hermano de Rosmarie, el Dr. Jenny de Suiza, por iniciativa de uno de sus hijos se transformó en un reservado de protección a la naturaleza  y fué traspasado a la fundación para ello creada. Aproximadamente la mitad del campo restante es manejado  por una hija de Rosmarie con su marido como  tambo intensivo. Después de un período bío trabajan actualmente de manera convencional,  lo que no fué fácil para las relaciones familiares. Al último cuarto del campo  hace ya un tiempo que Rosmarie lo introdujo también en la Fundación, cuyo fin fué entonces correspondientemente ampliado. Esta parte está esperando su desarrollo y es el objeto de nuestras conversaciones. La cría extensiva de ganado en las aprox. 400 ha. que actualmente está bajo la tutela de Uli, debiera ser complementada por una chacra múltiple con agricultura, huerta/jardín, pequeño tambo, mercado.... ¿Cómo podría hacerse realidad esta representación ideal? Esta es la gran cuestión de Rosmarie y también de la comisión directiva de la Fundación.  En este pedazo de tierra se entrecruzan muchos hilos del destino de tipo familiar pero también en relación con el compromiso en pro de una naturaleza sana y de la biodinámica, y que se entretejen en un entramado que por un lado podría ser la base, el fondo portante para una iniciativa plena de futuro  y que simultáneamente como un mar de enredaderas, a cada proyecto  lo amenaza en enredarlo en sus honduras inconmensurables. El potencial es enorme y las dificultades también. A pesar de ello en el diálogo esbozamos los rasgos fundamentales de una existencia autónoma para un manejo biodinámico de esta parte de la Fundación.  Rosmarie confía plenamente  en que el destino conducirá a este lugar a las personas adecuadas – y con esta postura, la de la confianza total  en las fuerzas vitales de otras personas,  ella ya ha posibilitado tantísimo para el movimiento biodinámico en la Argentina.  Así cerramos nuestros diálogos y la visita en la esperanza, que los hilos del destino se entramen en un nudo que haga florecer  a este lugar.
Al día siguiente nos trasladamos con Juan Martín al aeropuerto de Buenos Aires y al oscurecer desde el avión  vuelvo a echar una mirada sobre este gigantesco país, que está tan pleno de potencialidades y que a las personas  que se enlazan con él también las pone ante desafíos tan grandes . Un cordial agradecimiento a Juan Martín Richter por la conducción del viaje como „chofer y guía“ y por la traducción de las conferencias,  a Simón Blaser por el acompañamiento  y la mirada detrás de la superficie de los fenómenos naturales y sociales, a Regina Haller por la perfecta preparación de todo el programa del viaje y a Rosmarie Mampaey por la invitación y por posibilitar la financiación.


Ueli Hurter, Sección de Agricultura, Goetheanum 
Escuela superior libre para la Ciencia Espiritual