jueves, 8 de septiembre de 2016

Sólo la envidia hace un daño irreparable. Una fabula de Esopo da una imagen precisa.


La luciérnaga o "el cocuyo" campestre.

En Diciembre 2003 recibí con el comentario de autor anónimo, hoy se que es una fábula de Esopo, una leyenda que viene al caso de la envidia, del desear para sí algo que otro tiene, las más de la veces por naturaleza, y uno no puede lograr, y que además no se ejercita en ser una persona con virtudes.


Cuenta la leyenda, que una vez, una serpiente comenzó a perseguir una luciérnaga.
Esta huía rápido con miedo de la feroz depredadora.
La serpiente no desistía,
La luciérnga huyó un día y otro más, ya sin fuerzas preguntó a la serpiente.
Tres preguntas tengo ¿puedo hacerlas?
No acostumbro a dar este precedente a nadie, en vista de devorarte, puedes preguntar..
¿Pertenezcoa tu cadena alimenticia?
No
¿Yo te hice algón mal?
No
 Entonces ¿Por qué quieres acabar conmigo?

Porque no soporto verte brillar.


El fòsforo es su sustancia lumínica aún no tan estudiada  sobre  cómo la luciérnaga la convierte a traves de su viviente  organismo en luminosidad tan fluorescente.

Ninaa Czerni  "La Loma" 8 de Setiembre de 2016

1 comentario: