Sol de Monterrey
No cabe duda: de niño,
a mí me seguía el sol.
Andaba detrás de mí
como perrito faldero; despeinado y dulce, claro y amarillo: ese sol con sueño que sigue a los niños.
Saltaba de patio en patio,
se revolcaba en mi alcoba. Aun creo que algunas veces lo espantaban con la escoba. Y a la mañana siguiente, ya estaba otra vez conmigo, despeinado y dulce, claro y amarillo: ese sol con sueño que sigue a los niños.
(El fuego de mayo
me armó caballero: yo era el Niño Andante, y el sol, mi escudero.)
Todo el cielo era de añil;
toda la casa, de oro. ¡Cuánto sol se me metía por los ojos! Mar adentro de la frente, a donde quiera que voy, aunque haya nubes cerradas, ¡oh cuánto me pesa el sol! ¡Oh cuánto me duele, adentro, esa cisterna de sol que viaja conmigo!
Yo no conocí en mi infancia
sombra, sino resolana.- Cada ventana era sol, cada cuarto era ventanas.
Los corredores tendían
arcos de luz por la casa. En los árboles ardían las ascuas de las naranjas, y la huerta en lumbre viva se doraba. Los pavos reales eran parientes del sol. La garza empezaba a llamear a cada paso que daba.
Y a mí el sol me desvestía
para pegarse conmigo, despeinado y dulce, claro y amarillo: ese sol con sueño que sigue a los niños.
Cuando salí de mi casa
con mi bastón y mi hato, le dije a mi corazón: -¡Ya llevas sol para rato!- Es tesoro —y no se acaba: no se me acaba – lo gasto. Traigo tanto sol adentro que ya tanto sol me cansa.- Yo no conocí en mi infancia sombra, sino resolana. |
Alfonso Reyes nació el 17 de mayo de 1889 en Monterrey, México. Su padre, el general Bernardo Reyes, era por entonces gobernador del estado de Nuevo León y de y Doña Aurelia Ochoa de Reyes. Estudió en la escuela Manuela G. Viuda de Sada, el Instituto de Varones de Jesús Loreto y el Colegio Bolívar, y el bachillerato en el Liceo Francés de la Ciudad de México, y estudió Derecho en esta ciudad.
En 1909 fundó, conjuntamente con otros escritores como Pedro Henríquez Ureña, Antonio Caso y José Vasconcelos Calderón, el Ateneo de la Juventud. Cuando tenía 21 años de edad, publicó su primer libro Cuestiones Estéticas.
La Revolución Mexicana, de 1910, trajo funestas consecuencias a la familia Reyes.
En agosto de 1912 fue nombrado secretario de la Escuela Nacional de Altos Estudios, y en 1913 fue nombrado parte de la Legación de México en Francia. Su padre participó en un golpe de estado en contra del presidente Francisco I. Madero, lo que derivaría en la lucha fraticida conocida como la decena trágica, y murió el primer día de la contienda, esto hizo imposible que Reyes pudiese regresar al país, y decidió vivir en España donde permaneció hasta 1924. Fue colaborador de la Revista de Filología Española, de la Revista de Occidente y de la Revue Hispanique. En España se consagró a la literatura y la combinó con el periodismo; trabajó en el Centro de Estudios Históricos de Madrid bajo la dirección de Don Ramón Menéndez Pidal. Una vez asentados los vientos de la revolución, la fama de Reyes en Europa llegó a México y el gobierno lo incorporó al servicio diplomático, fue nombrado segundo secretario de la Legación de México en España, Encargado de negocios en España, Ministro en Francia, y Embajador en Argentina hasta 1930, en Buenos Aires Reyes convivió con la brillante generación literaria, Victoria Ocampo le presentó a Xul Solar, Leopoldo Lugones, Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares y Paul Groussac. Después fue enviado a Brasil, y en abril de 1939 presidió la Casa de España en México, una institución fundada principalmente por refugiados de la Guerra Civil Española y que después se convertiría en el prestigiado Colegio de México. Fue miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua.
Reyes se convirtió en el principal animador de la investigación literaria en México, y uno de los mejores críticos y ensayistas en lengua castellana.
Murió en 1959 en ciudad de México, víctima de una afección cardiaca.
En 1909 fundó, conjuntamente con otros escritores como Pedro Henríquez Ureña, Antonio Caso y José Vasconcelos Calderón, el Ateneo de la Juventud. Cuando tenía 21 años de edad, publicó su primer libro Cuestiones Estéticas.
La Revolución Mexicana, de 1910, trajo funestas consecuencias a la familia Reyes.
En agosto de 1912 fue nombrado secretario de la Escuela Nacional de Altos Estudios, y en 1913 fue nombrado parte de la Legación de México en Francia. Su padre participó en un golpe de estado en contra del presidente Francisco I. Madero, lo que derivaría en la lucha fraticida conocida como la decena trágica, y murió el primer día de la contienda, esto hizo imposible que Reyes pudiese regresar al país, y decidió vivir en España donde permaneció hasta 1924. Fue colaborador de la Revista de Filología Española, de la Revista de Occidente y de la Revue Hispanique. En España se consagró a la literatura y la combinó con el periodismo; trabajó en el Centro de Estudios Históricos de Madrid bajo la dirección de Don Ramón Menéndez Pidal. Una vez asentados los vientos de la revolución, la fama de Reyes en Europa llegó a México y el gobierno lo incorporó al servicio diplomático, fue nombrado segundo secretario de la Legación de México en España, Encargado de negocios en España, Ministro en Francia, y Embajador en Argentina hasta 1930, en Buenos Aires Reyes convivió con la brillante generación literaria, Victoria Ocampo le presentó a Xul Solar, Leopoldo Lugones, Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares y Paul Groussac. Después fue enviado a Brasil, y en abril de 1939 presidió la Casa de España en México, una institución fundada principalmente por refugiados de la Guerra Civil Española y que después se convertiría en el prestigiado Colegio de México. Fue miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua.
Reyes se convirtió en el principal animador de la investigación literaria en México, y uno de los mejores críticos y ensayistas en lengua castellana.
Murió en 1959 en ciudad de México, víctima de una afección cardiaca.
Sus obras completas abarcan veintiséis volúmenes que incluyen: libros de versos, crítica, ensayos y memorias, novelas, archivo, prólogos y ediciones comentadas, traducciones y doscientos dos libros en total.
Entre ellos destacan:
Cartones de Madrid (1917)
Visión de Anáhuac (1917)
Simpatías y diferencias (1921-1926)
Ifigenia cruel (1924)
La crítica en la Edad Ateniense (1945)
La antigua retórica (1942)
Junta de sombras (1949)
El deslinde (1944)
Letras de la Nueva España (1948)
Ultima tule (1942)
Tentativas y Orientaciones (1944)
Norte y Sur (1945)
Premio Nacional de Literatura en México, 1945
La Loma. Domingo 17 de Juni 2018
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