¿Ha perdido alguien un perro querido?
Roi, le francoise, ovejero con trazas de dobermann
Roi, le francoise, ovejero con trazas de dobermann
Roi, casi de Francia, sobre las lasjas al sol |
Muchos esperan un nuevo dueño. Los abandonados, los que
huyeron de los fuegos artificiales y el bullicio de las Fiestas, que han dejado
de ser fiestas de introspección para convertirse en fiestas de distracción, en
fiestas de exteriorización mundanas y faltas de la profundidad del corazón,
donde anida el Bien.
Y a Rey muerto Rey
puesto. Ya dice un antiguo saber popular, pues un perro es el rey de la casa,
de los niños, del jardín y hasta de sus
vecinos.
Roi se ha ido anoche solitario
bajo su par de alfombras calientes, se ha ido en una noche fría de apenas 6 grados y casi se ha ido en Agosto, pues ya en Agosto el 31 nada quería beber,
nada quería aceptar, ni su comida habitual, ni sus galletas preferidas. Se
conformaba con una caricia sobre su cabeza, pero no hacía ningún movimiento para responderla, como antes.
Y ni un quejido salió en estos días de sus fauces, sólo si
quería ir a su tan apreciado lugar al sol.
Para tres escalones
necesitaba ayuda pero luego sólo se arrastraba hasta donde quería llegar,
muchas veces era recostar su cabeza en la tierra, cálida y acogedora en
invierno, mejor que en el patio de lajas.
Y así partió sobre sus gruesos cartones y bajo su cobertura abrigada, dos alfombras de su uso diario,
y hoy un buen amigo me ayudó a colocarlo
en su tumba que ya estaba preparada desde hace meses. El jardinero había
ahuecado el sitio bajo los bananeros que florecen tan bonitos.
Un ovejero de
manto negro con trazas de dobermann no se deja dominar así como así, y tampoco
llevar así como así, solo `por aprecio y sumo cariño quería estar con su bien
querido amo. Y este amo hoy no estuvo aquí para darle su adiós y para darle
digna sepultura perruna. Tuvimos entonces ese amigo también amante de los perros,
los pájaros y las plantas, quién cubrió de tierra blanda el cuerpo de Roi ya tan reducido, sí, pura cabeza y
las patas delanteras, el resto del cuerpo puramente insignificante,
sólo la delgadez absoluta y el largo de su figura de patas perrunas delgadas.
Así es, llamado fue el perro que nos acompañó más de
catorce años. Y recuerdo cuando el señor
Olmos feliz , me dijo tengo un hermoso
perro para usted, sólo que él no sabía que la madre ovejera se había enamorado de un doberman calleja. Más
la camada salió bonita , y este Roi más,
salvo su fuerza dental nos indicaba la procedencia paterna. Conservó sus
dientes hasta su partida y su gusto mayor eran los huesos con carne. A veces
poco quedaba del hueso, y el hueso fue buen entretenimiento largo tiempo.
Su veterinario se mudó a El Bolsón, su suplente al teléfono me lo dijo. Hacía tres años que
Agustín decía si Roi pasa el invierno tiene el año ganado, él lo creía muerto en
sus pobres condiciones, pero el animal amaba la vida y esperaba cada fin de
semana a su dueño por elección y escuchar el habitual Hola Roi ¿Qué haces loco?
tan conocido, que le hacía mover el cuerpo
entero no sólo el rabo.
Y ahora corre sin molestias con todas sus buenas y sanas patas también las traseras, por
la campiña celeste con aquellos compañeros que le precedieron, y tendría una
lista enorme en estos cincuenta años, solo
quiero nombrar a tres con los que convivió, su compañero de andanzas “el Pampa”
llevaban aquí muchos años juntos, su buen Chachi, un golden gruñón a veces acompañado de Ossi, un ovejero border collie, los aceptados y apreciados, pertenecientes
a Maxi
quién debió dejarlos con nosotros, pues su nueva vivienda no permitía mascotas.
Así solemos ser los hombres hasta los mejores amigos del ser humano nos molestan.
Sin embargo estos cuatro de los últimos años se llevan todos
los elogios posibles dentro de su raza, desde su elección de dueño al no tener ovejas ellos nos tomaron a nosotros por ellas, de su atención y fidelidad, de su apego, y el aceptarnos con alegría, aceptarnos así como somos: hombres imperfectos.
Nina Czerni , para Sergio de "su loco Roi" + 1º de Septiembre de 2016
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