En mis 73 años y con un jardin en casa acrode a medio bosque, o parque citadino de más de 120 metros cuadrados, medio micro clima por sus árboles alrededor y viviendo en una zona despoblada, aunque hoy después de 49 años vale por superpoblada, nuestra seguridad antaño se centraba en los los perros. un su habitat, nuestro espacio libre y sin correas o chips, Attenti el que quisiese entrar en casa , solo podía tocar la campana en la tranquera y alejarse de ella. Solía saltar una cabezota que a la altura de los ojos del atrevido que había hecho sonar el badajo influndía sumo respeto, con el salto era Don boxer Prinz de altura del visitante, intruso o no,
Era un boxer, el primero que compramos en una vecina, la señora von Vredow eximia jinete y criadora de esos perros especialess porque aman a los niños. y no quieren a otros perros, aunque conviven y pueden por horas vigilarles, estar cerca y atender los movimiemtos del niño, no hacer un daño en absoluto y son de avirsar que algo anormal sucede. Estoy segura que leen sus intencioens mutuamente. Niño y animal...
Nuestro "Prinz" vivía sin niños, ni perros, hasta que otra vecina luego de una camada decide regalarnos su boxer Carina siempre y cuando le demos un boxer macho y así hicimos. Allá Carina no paraba en casa, sabía huir pero con su enamorado Prinz asentó cabeza y sólo se dedicó a sus cachorros. Además no habia agujero por el alambrado ni en el cerco verde por donde salir a callejear,,,
Nuestro "Prinz" vivía sin niños, ni perros, hasta que otra vecina luego de una camada decide regalarnos su boxer Carina siempre y cuando le demos un boxer macho y así hicimos. Allá Carina no paraba en casa, sabía huir pero con su enamorado Prinz asentó cabeza y sólo se dedicó a sus cachorros. Además no habia agujero por el alambrado ni en el cerco verde por donde salir a callejear,,,
Nuestros amigos se beneficiaron. René Omar Alberto recibió uno que eligió y de entrada lo llamó Wolf. Vivía en un hermoso departamento y salía todos los días a pasear por Martínez La dueña de Carina quedó encantada con un machito que se convisrtió en muy hogareño.
Nada calleja como fuera alguna vez hace tiempo su mamá.
Cristina Klar. una farmacéutica amiga se empeñó en un Terry, que luego tuvimos en pensión y se ahogó en la piscina por desconocerla, de pequeño estaba habituado, de adulto no le fue posible salir de ella, nadie estaba en casa, en esa época ambos trabajamos, yo en el Jardín. Waldorf de Florida y Wolfram en Fanacoa, Volviamos a mediodía y lloré sin consuelo, Quisismos darle el hermano de Terry, Sha, que era nuestra mascota pero la familia entera, Carina Klar, su esposo Van Dam, sus dos niños varones no lo aceptaron,,. Duelo general.
Luego tuvimos más boxers, todos con títulos nobiliarios, Canopus por ser argonauta y timonel del Argos Celeste.
Sha por ser también noble aunque su reino en Persia ya no existía. Rambo obtuvo su nombre porque no soportaba perro cerca.
Tuvimos en donación (por falta de amor a los perros de otros vecinos) a "nuestro" Alí, Alí solía saltar los cercos y volver de mañana, una vez hasta casi perdió su machismo pues un dogo argentino lo venía persiguiendo y Alí quedó colgado en el cerco y casi pierde sus genitales. Pero fuerte como era, él sólo se curó y nada aprendió, igual se escapaba. Convivió un tiempo con Shu, bien como su nombre oriental indica, educada, sonriente y super amable. Fue una hembra de color claro que le dió una linda camada y luego Don Emilio, el jardinero, la pidió para sus nietos porque era tan suave y amorosa.
Cristina Schneider nos dió el Rex, ella se mudaba a cuidar y atender a sus padres y no podía tener además un Schäfferhund, un perro pastor alemán. Con el vivieron Belo y Lío que aún eran pequeños.
En fin, Rex les enseñó a ser perros educados y obedientes. Belo perro pastor y Lío, así lo llamamos pues de raza nada reconocible...aunque de manto negro.
Entre ellos salvamos uno de la calle que sólo era perro perro...pequeño pero se hacía respetar, le llamamos Capitán. Chico y bravo la emprendía contra cualquiera. Nos dió muchas alegrías, su manera de dar gracias por tener familia, casa y comida.Y luego ya saben Maximilian nos hizo un pedido de pensión para Ossi y para Chachi, un Border Collie y un Goldenretreiver semi bretón. Cuatro Pastores de razas diferentes, nos faltaban las ovejas, así es que cada uno consideraba a uno de nosotros como su oveja, a sol y a sombra.
De todos modos quisimos a todos y los vamos recordando de a poco, aún nos queda Roi en casa de 14 años. Un buen Roi de France mezcla de cordón con vereda aunque manto negro, de cara más alargada como los Dobermann, especialmente por su fuerte mandíbula y sus dientes sumamente fuertes, a veces dado a la camorra. Aunque algo de Collie tiene, de vez en cuando cuando esta tranquilo y descanza, cruza sus patas delanteras y yo digo: ya está rezando.
De aquí el de la derecha es Roi sentado a la sombra junto a Pampa en uno se sus lugares preferidos.
y hace poco Pampa también de esa edad en este verano tan caluroso, se fue el reino de los perros donde libres de los humanos hacen su vida en espíritu corriendo por las estepas celestes, aquí posando para Analía, y sus bigotes blancos indican su señorial edad.
Pero me queda contar la vida buenaza de Bono, que conocí de pequeño. Su dueño y su dueña fueron dos hermanos Verónica y Matías. Y mientras eran estudiantes de pastelería y de motociclismo vivian juntos. Pasó el tiempo, viajaron, se casaron y "nuestro" Bono se quedó con la abuela de ambos. Y aquí enfrente de mi casa. Si ahora su dueña salía de casa por unos días a visitar a los pinamarenses, donde ahora residían las nuevas familias. Bono quedaba a mi cargo. Lo dejaba callejear un poco, no se iba lejos aunque a veces me hacía dar alguna corrida para tenerlo a la cercanía de voz, pues era muy obedientes, si las órdenes eran seguras y nada dudosas. Aunque sabía volver solo. Yo no quería arriesgar...
Bono partió al cielo de los perros y a los pocos días su vecino, Pampa, el perro pastor alemán nuestro fue a hacerle compañía. Para mi Bono era Bonito, Bonete, Buenazo, Bonobono, casi como el Bon o Bon...
Desde el martes tenemos un pensionista Gabo de seis años. Tiene aspecto de buen galgo con manchistas es su linda carita...Sus dueños, especialmente Tiziano que lo adora tiene 12 años de edad, Sus dueños se mudan en estos días a un departamento que aunque tiene un balcón no se permiten mascotas. Todos tenemos esperanza que después de un tiempo cuando se conozcan mejor con los dueños de la casa puedan venir a buscarlo y llevarlo a su nuevo hogar. El Facebook donde estan sus fotos está lleno de palabras cariñosas pero también tristes...Ojalá puedan volverlo a buscar.
Y ahora como buen galgo vió una rendija en la puerta y sin que nos diésemos cuenta se escapó, se fue con su collar azul y Esteban el guardia circulador con su auto lo vió cerca de la avenida, pero no pensó que era Gabo sino otro galgo que cazó la calle y la disfrutaba. Cuando supo que nos faltaba Gabo volvió a las cercanías pero nada que hacer. Un galgo baja la cabeza y corre, corre hasta cansarse, más si se encontraba en sitios más acotados, un departamento primero, ahora una casa con jardín. Una pena y una esperanza...
28 de Enero ¡Encontramos a Gabo!!! Eduardo un chofer quien muchas veces me lleva al centro de la ciudad, hablando mientras viajábamos le cuento la escapada de Gabo y le describo el perro, Inmediatamente me dice: Es cariñoso, está en la esquina de la remisería, pero me parece que no tiene ningún collar, duerme en la puerta de la panadería de la esquina y se deja acariciar es realmente manso y cuando volvemos lo buscamos, y así hicimos pero a primera vista no estaba y dice Cristóbal el telfonista ...pero recién lo he visto por aquí es tan manso que esta noche lo quería llevar a casa. Decidimos dar vuelta la manzana y allí lo ví.
Una señora que escuchaba música con auriculares le estaba acariciando la cabeza y el disfrutaba de las caricias. Cuando lo llamé por su nombre: Gabo!, se soltó de la señora y vino hacia mí. Mientras rápidamente relaté su odisea a la señora y a los demás, esa es una esquina donde se espera al omnibus, lo subí al auto y todos sonreían y yo lo encontré...gracias a Eduardo Callegari. A quien siempre le digo: Yo debiera escribir un libro: Mi remisero y yo.
Y esta sería una de las historias que contendría el libro: Cómo Eduardo encontró a Gabo, el galgo.
Tatiana Schneider
La Loma, 6, 11, 22 y 28 de Enero 2015
Pero me queda contar la vida buenaza de Bono, que conocí de pequeño. Su dueño y su dueña fueron dos hermanos Verónica y Matías. Y mientras eran estudiantes de pastelería y de motociclismo vivian juntos. Pasó el tiempo, viajaron, se casaron y "nuestro" Bono se quedó con la abuela de ambos. Y aquí enfrente de mi casa. Si ahora su dueña salía de casa por unos días a visitar a los pinamarenses, donde ahora residían las nuevas familias. Bono quedaba a mi cargo. Lo dejaba callejear un poco, no se iba lejos aunque a veces me hacía dar alguna corrida para tenerlo a la cercanía de voz, pues era muy obedientes, si las órdenes eran seguras y nada dudosas. Aunque sabía volver solo. Yo no quería arriesgar...
Bono partió al cielo de los perros y a los pocos días su vecino, Pampa, el perro pastor alemán nuestro fue a hacerle compañía. Para mi Bono era Bonito, Bonete, Buenazo, Bonobono, casi como el Bon o Bon...
Bono y su Luchi (biznieta) quien justo quería la pelota que "Bonito, el Golden, tenía confiscada en su boca.. Quién no ha tenido nunca un perro a quien cuidar no conoce el amor incondicional |
Y ahora como buen galgo vió una rendija en la puerta y sin que nos diésemos cuenta se escapó, se fue con su collar azul y Esteban el guardia circulador con su auto lo vió cerca de la avenida, pero no pensó que era Gabo sino otro galgo que cazó la calle y la disfrutaba. Cuando supo que nos faltaba Gabo volvió a las cercanías pero nada que hacer. Un galgo baja la cabeza y corre, corre hasta cansarse, más si se encontraba en sitios más acotados, un departamento primero, ahora una casa con jardín. Una pena y una esperanza...
28 de Enero ¡Encontramos a Gabo!!! Eduardo un chofer quien muchas veces me lleva al centro de la ciudad, hablando mientras viajábamos le cuento la escapada de Gabo y le describo el perro, Inmediatamente me dice: Es cariñoso, está en la esquina de la remisería, pero me parece que no tiene ningún collar, duerme en la puerta de la panadería de la esquina y se deja acariciar es realmente manso y cuando volvemos lo buscamos, y así hicimos pero a primera vista no estaba y dice Cristóbal el telfonista ...pero recién lo he visto por aquí es tan manso que esta noche lo quería llevar a casa. Decidimos dar vuelta la manzana y allí lo ví.
Una señora que escuchaba música con auriculares le estaba acariciando la cabeza y el disfrutaba de las caricias. Cuando lo llamé por su nombre: Gabo!, se soltó de la señora y vino hacia mí. Mientras rápidamente relaté su odisea a la señora y a los demás, esa es una esquina donde se espera al omnibus, lo subí al auto y todos sonreían y yo lo encontré...gracias a Eduardo Callegari. A quien siempre le digo: Yo debiera escribir un libro: Mi remisero y yo.
Y esta sería una de las historias que contendría el libro: Cómo Eduardo encontró a Gabo, el galgo.
Tatiana Schneider
La Loma, 6, 11, 22 y 28 de Enero 2015
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