Cuando llega una cordial y entusiasta reseña de viaje y estudio, no es sólo eso, es una señal muy clara de vida, educación y futuro. Futuro en formación, en entusiasmo, en humanidades. Y aunque con nombre y apellido bástenos saber que es la alegría juvenil de descubrir un camino iniciado y sin duda el elegido en libertad y el apropiado que es capaz de llenar el alma, el corazón, el cuerpo.
Queridos, más queridos
que nunca, Maestros:
me atrevo únicamente a interrumpir sus semanas de descanso con la emoción
todavía ardiente y el corazón inflado de emociones que merecen compartirse.
Acabo de terminar mi primer módulo de formación en "Voz y Movimiento"
junto a Tamara Chubarovsky- seminario que no sólo me indica anímicamente que
voy por el camino correcto, sino que me sigue dando motivos para enamorarme de
este enorme camino que es la Antroposofía y en el que ustedes han sabido tan
bien acogernos y guiarnos.
Les escribo entonces para contarles que me llené la
boca hablando de nuestro Profesorado, de nuestro bendito "título
oficial", de nuestras prácticas y nuestras residencias en la Escuela
Pública y nuestro sueño colectivo de cambiar el mundo. Pero quiero compartirles
que más me llené el alma de ver la ilusión en los ojos de quien lo escuchaba,
de quien descubría -a través de mis relatos y mis experiencias- que ese espacio
existe, que gracias a ustedes -y a todos los que lo construímos- nuestro sueño
pareciera tener un lugar donde despertar y comenzar a realizarse: nuestras
aulas, nuestras casas, nosotros mismos.
Hace un poquito más de una semana que llegué aquí y ya recorrí tres escuelas Waldorf. En todas recibí la misma mirada de asombro, admiración y emoción cuando mencionaba la historia de mi formación- en todas, se celebraba la existencia de nuestro espacio con sorpresa y también con esperanza, de que el mismo germen se pudiera extender también por aquí donde las maestras deben hacer un posgrado realmente caro y accesible para no todos.
Por otro lado,
también sentí en todos los lugares visitados, el mismo amor y la misma calidez
que vibra en nuestra casa. Seguir comprobando eso por el mundo, habla de lo
verdadero de la esencia que nos nutre a todos, de lo profundo de nuestro
trabajo, bello y real- pero realmente- bueno para el mundo.
Con toda la gratitud que este mensaje les pueda transmitir, la libertad que se lo reenvíen a todos los Maestros que año a año ponen un ladrillo nuevo, y un enorme abrazo, los saluda con mucho, mucho amor- Rocío.
Sus líneas llegan desde Barcelona. España.
Recibido en el Profesorado Perito Moreno
situado en Martínez, Buenos Aires. Argentina
profesoradoperitomoreno@yahoo.com.ar
www.escuelaperitomoreno.edu.ar
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