viernes, 24 de octubre de 2014

¿Dónde aprendiste eso? invariablemente respondía..."mirando a mi papá..."

Pionero de la Agricultura Biológico-Dinámica en la Argentina .

 In Memoriam.  A poco de cumplirse los 20 años de su fallecimiento.

Dr. Phil. Chem. Martín Richter
Buenos Aires 8 de Julio de 1941 – Pilar, Fundación GEA, “Los Chimangos” 3 de Diciembre 1994.

Cuando alguien cruza el umbral en forma repentina y en momentos en que tan diversas iniciativas están bajo su responsabilidad o su tutela, uno se pregunta qué significado puede tener esto para aquellos que quedan para asumirlo.
Martín Richter falleció en Buenos Aires, en el campo llamado “Los Chimangos” el 3 de Diciembre de 1994 a los 53 años en forma inesperada. Después de un día de larga actividad como solían ser los suyos entró durante el sueño en el mundo espiritual.
Había nacido en Buenos Aires el 8 de Julio de 1941. Sus padres eran ya mayores cuando el nació y sus otros tres hermanos le llevaban muchos años. Su padre era hijo de un alemán de Hamburgo y estudió en Suiza. Su madre, de padres alemanes, nació y creció en Suiza  donde vivió  hasta los 20 años. En la casa se hablaba suizo y el alemán de manera que hasta que comenzó el colegio, a los seis años, Martín conocía poco la lengua del país, el castellano. Era un niño mas bien callado y muy observador. Pasaba mucho tiempo observando los trabajos de su padre, quien era ingeniero, y hacía en su casa. Y muchos años más tarde cuando alguien miraba asombrado los aparatos y máquinas de su invención para desarrollar nuevos métodos en el laboratorio y le preguntaba ¿Dónde aprendiste eso?  Martín invariablemente   respondía...mirando a mi papá...
A los nueve años después de haber asistido a un concierto, dijo a sus padres que quería estudiar el violín y así lo hizo con dedicación hasta 1981, en que conscientemente decidió dejarlo por el momento ya que su tarea del campo le impedía seguir dándole a la música el importante lugar que hasta ese momento había tenido.
Cerca de Buenos Aires, el río Paraná se abre en El Delta y este es un lugar que hace las delicias de todo aquel que ama la Naturaleza y también de aquellos que desean practicar un deporte náutico. Es así que los fines de semana y durante las vacaciones, la familia Richter hacía excursiones por las islas en su bote a remo y el pequeño Martín aprendió muy pronto a remar y más tarde a recorrer las islas en su bote. Conocía y amaba especialmente esos lugares y seguramente encontró en esos largos paseos la tranquilidad para pensar y proyectar todo lo que realizó después.
Cursó sus estudios primarios en la escuela del barrio y el secundario en la Escuela Nacional en una localidad vecina, siendo siempre un alumno brillante. Luego estudió Química y a los 23 años decidió viajar a Europa con el objeto de hacer allá su doctorado. Cruzó el Atlántico trabajando en un barco de carga que lo dejó en Hamburgo. Después de viajar por algunas ciudades de Alemania, viendo las distintas posibilidades decidió quedarse en Göttingen en el Instituto de Suelos que dirigía el Profesor Scheffer, quién sería su padrino de Tesis. Fueron años de intenso trabajo en todo sentido. El principal naturalmente era la preparación del doctorado y esto lo alternaba con la música y la asistencia a grupos de estudio de Antroposofía.
Pudo viajar y trabajar en dos oportunidades en Dornach, como ayudante en el escenario del Goetheanum. En aquellos años surgió el deseo de llevar el impulso de la Agricultura Biológico-Dinámica a la Argentina.
Después de terminar el doctorado volvió a su país y comenzó a trabajar en la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires en la cátedra de Edafología, Suelos,  donde un tiempo después se desempeñó como profesor, tarea que cumplió hasta el año 1992.
Intervino en diversos programas de investigación y trabajó paralelamente en laboratorios de suelos algunos de ellos montados y organizados por él en los que desarrolló su gran capacidad técnica en la creación de diferentes aparatos que el mismo diseñaba y realizaba en el taller de su casa. Sentía un gran placer en esa tarea con la que podía poner a punto nuevos métodos de investigación de suelos en la que era constantemente consultado por colegas, instituciones y alumnos de la facultad. Muchos jóvenes se formaron a su lado y fue siempre muy generoso en lo que se refiere a divulgar sus observaciones y experiencias.
Junto a este quehacer diario se desarrollaba aquello que sería el ideal de su vida: el desarrollo de la Agricultura Biológico-Dinámica. En 1978 comenzó a trabajar en el Establecimiento de Campo de un amigo en las cercanías de la ciudad de Buenos Aires lo que permitía compartir esta tarea con su cargo de profesor de la Facultad de Agronomía. Instaló allí un laboratorio y llevó a algunos de sus colaboradores y dedicó la mayor parte de su tiempo  a aprender las tareas del campo.
Después de una estadía en Alemania, trabajó en ese entonces en el Círculo de Investigación de Agricultura Biológico Dinámica en Darmstadt,  se instaló en un campo de 36 hectáreas a sesenta kilómetros de Buenos Aires. Se creó la Fundación GEA que tendría como objeto la investigación y el desarrollo de la Agricultura Biológico-Dinámica. Vinieron entonces años de trabajo muy intensos en los que tuvo que luchar en varias y fuertes inundaciones del campo, robo de la hacienda, dificultades económicas. Aunque también tuvo avances en los objetivos, la puesta en marcha del pastoreo rotativo, el desarrollo del cultivo de Boysenberry que tenía buena acogida por los consumidores.
Un lugar importante ocupó siempre la observación, la investigación y la aplicación de las enseñanzas de Rudolf Steiner contenidos en el Curso de Koberwitz para la Agricultura. Curso traducido al castellano por Martín Richter mismo y su implementación para el Hemisferio Sur.
Martín Richter llevaba anotaciones casi diarias de las tareas realizadas y también de lo que ocurría en la Naturaleza, como por ejemplo el régimen de lluvias en relación a los signos del Zodíaco y las fases de la Luna. Todas estas experiencias las volcaba en cursos, seminarios y conferencias, tanto en la Argentina como en el Brasil y en el Perú.
En su deseo de incorporar la cultura al campo, aceptó a partir de 1991 dirigir un Seminario para  Futuros profesores del Colegio Secundario Waldorf.  Esta tarea pedagógica le trajo grandes satisfacciones como así también el encuentro con estos jóvenes portadores del ideal de la Pedagogía Waldorf. La muerte lo sorprendió cuando preparaba un nuevo curso con los integrantes de este seminario que se realizaría en el mes de Enero de 1995.

Martín Richter
La vida de Martín Richter fue corta, rica, intensiva y unida estrechamente con todo el trabajo Antroposófico en la Argentina. Se desempeñó desde Septiembre 1986 como lector de la Escuela Superior Libre para la Ciencia Espiritual. Fue Presidente de la Sociedad Antroposófica en la Argentina durante muchos años y en conversaciones y en reuniones escuchamos siempre su juicio atinado; él podía captar lo esencial y llevarlo adelante. Y se añade a esto una gran modestia que se notaba tanto en las conferencias como en las excelentes traducciones, simultáneas en algunos casos, que realizaba en ocasión de visitas del extranjero.
Una vida corta, rica en experiencias y trabajo intenso. Un legado para muchos en lo que se refiere a conocimientos. Una imagen para todos de lo que es la transparencia en el obrar y en el pensar. Y más que nada una puesta en práctica de las enseñanzas y el camino que brinda la Antroposofía.

Elsa Richter  Pizzo                                   Dr. Phil. Chem. J. Wolfram Schneider

Semblanza editada en 1995 en el semanario “Das Goetheanum, Dornach, Suiza.


1 comentario:

  1. Martin Richter
    Nuestro grande amigo también acá en Brasil.
    Aprendemos mucho con el para nuestras vidas, para la Biodinamica y la Antroposofia!
    Marco Bertalot-Bay

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