Pionero de la Agricultura Biológico-Dinámica en la Argentina
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In Memoriam. A poco de cumplirse los 20 años de su fallecimiento.
Dr. Phil. Chem. Martín Richter
Buenos Aires 8 de Julio de 1941
– Pilar, Fundación GEA, “Los Chimangos” 3 de Diciembre 1994.
Cuando
alguien cruza el umbral en forma repentina y en momentos en que tan diversas
iniciativas están bajo su responsabilidad o su tutela, uno se pregunta qué
significado puede tener esto para aquellos que quedan para asumirlo.
Martín Richter
falleció en Buenos Aires, en el campo llamado “Los Chimangos” el 3 de Diciembre
de 1994 a los 53 años en forma inesperada. Después de un día de larga actividad
como solían ser los suyos entró durante el sueño en el mundo espiritual.
Había nacido
en Buenos Aires el 8 de Julio de 1941. Sus padres eran ya mayores cuando el
nació y sus otros tres hermanos le llevaban muchos años. Su padre era hijo de
un alemán de Hamburgo y estudió en Suiza. Su madre, de padres alemanes, nació y
creció en Suiza donde vivió hasta los 20 años. En la casa se hablaba
suizo y el alemán de manera que hasta que comenzó el colegio, a los seis años,
Martín conocía poco la lengua del país, el castellano. Era un niño mas bien
callado y muy observador. Pasaba mucho tiempo observando los trabajos de su padre,
quien era ingeniero, y hacía en su casa. Y muchos años más tarde cuando alguien
miraba asombrado los aparatos y máquinas de su invención para desarrollar
nuevos métodos en el laboratorio y le preguntaba ¿Dónde aprendiste eso?
Martín invariablemente respondía...mirando a mi papá...
A los nueve años después de haber
asistido a un concierto, dijo a sus padres que quería estudiar el violín y así
lo hizo con dedicación hasta 1981, en que conscientemente decidió dejarlo por
el momento ya que su tarea del campo le impedía seguir dándole a la música el
importante lugar que hasta ese momento había tenido.
Cerca de
Buenos Aires, el río Paraná se abre en El Delta y este es un lugar que hace las
delicias de todo aquel que ama la Naturaleza y también de aquellos que desean
practicar un deporte náutico. Es así que los fines de semana y durante las
vacaciones, la familia Richter hacía excursiones por las islas en su bote a
remo y el pequeño Martín aprendió muy pronto a remar y más tarde a recorrer las
islas en su bote. Conocía y amaba especialmente esos lugares y seguramente
encontró en esos largos paseos la tranquilidad para pensar y proyectar todo lo
que realizó después.
Cursó sus
estudios primarios en la escuela del barrio y el secundario en la Escuela
Nacional en una localidad vecina, siendo siempre un alumno brillante. Luego
estudió Química y a los 23 años decidió viajar a Europa con el objeto de hacer
allá su doctorado. Cruzó el Atlántico trabajando en un barco de carga que lo
dejó en Hamburgo. Después de viajar por algunas ciudades de Alemania, viendo
las distintas posibilidades decidió quedarse en Göttingen en el Instituto de
Suelos que dirigía el Profesor Scheffer, quién sería su padrino de Tesis.
Fueron años de intenso trabajo en todo sentido. El principal naturalmente era
la preparación del doctorado y esto lo alternaba con la música y la asistencia
a grupos de estudio de Antroposofía.
Pudo viajar y
trabajar en dos oportunidades en Dornach, como ayudante en el escenario del
Goetheanum. En aquellos años surgió el deseo de llevar el impulso de la
Agricultura Biológico-Dinámica a la Argentina.
Después de
terminar el doctorado volvió a su país y comenzó a trabajar en la Facultad de
Agronomía de la Universidad de Buenos Aires en la cátedra de Edafología,
Suelos, donde un tiempo después se
desempeñó como profesor, tarea que cumplió hasta el año 1992.
Intervino en
diversos programas de investigación y trabajó paralelamente en laboratorios de
suelos algunos de ellos montados y organizados por él en los que desarrolló su gran
capacidad técnica en la creación de diferentes aparatos que el mismo diseñaba y
realizaba en el taller de su casa. Sentía un gran placer en esa tarea con la
que podía poner a punto nuevos métodos de investigación de suelos en la que era
constantemente consultado por colegas, instituciones y alumnos de la facultad.
Muchos jóvenes se formaron a su lado y fue siempre muy generoso en lo que se
refiere a divulgar sus observaciones y experiencias.
Junto a este
quehacer diario se desarrollaba aquello que sería el ideal de su vida: el
desarrollo de la Agricultura Biológico-Dinámica. En 1978 comenzó a trabajar en
el Establecimiento de Campo de un amigo en las cercanías de la ciudad de Buenos
Aires lo que permitía compartir esta tarea con su cargo de profesor de la
Facultad de Agronomía. Instaló allí un laboratorio y llevó a algunos de sus
colaboradores y dedicó la mayor parte de su tiempo a aprender las tareas del campo.
Después de
una estadía en Alemania, trabajó en ese entonces en el Círculo de Investigación
de Agricultura Biológico Dinámica en Darmstadt,
se instaló en un campo de 36 hectáreas a sesenta kilómetros de Buenos
Aires. Se creó la Fundación GEA que tendría como objeto la investigación y el
desarrollo de la Agricultura Biológico-Dinámica. Vinieron entonces años de
trabajo muy intensos en los que tuvo que luchar en varias y fuertes
inundaciones del campo, robo de la hacienda, dificultades económicas. Aunque
también tuvo avances en los objetivos, la puesta en marcha del pastoreo
rotativo, el desarrollo del cultivo de Boysenberry que tenía buena acogida por
los consumidores.
Un lugar
importante ocupó siempre la observación, la investigación y la aplicación de
las enseñanzas de Rudolf Steiner contenidos en el Curso de Koberwitz para la
Agricultura. Curso traducido al castellano por Martín Richter mismo y su
implementación para el Hemisferio Sur.
Martín Richter
llevaba anotaciones casi diarias de las tareas realizadas y también de lo que
ocurría en la Naturaleza, como por ejemplo el régimen de lluvias en relación a
los signos del Zodíaco y las fases de la Luna. Todas estas experiencias las
volcaba en cursos, seminarios y conferencias, tanto en la Argentina como en el
Brasil y en el Perú.
En su deseo
de incorporar la cultura al campo, aceptó a partir de 1991 dirigir un Seminario
para Futuros profesores del Colegio
Secundario Waldorf. Esta tarea
pedagógica le trajo grandes satisfacciones como así también el encuentro con
estos jóvenes portadores del ideal de la Pedagogía Waldorf. La muerte lo
sorprendió cuando preparaba un nuevo curso con los integrantes de este
seminario que se realizaría en el mes de Enero de 1995.
Martín Richter |
La vida de
Martín Richter fue corta, rica, intensiva y unida estrechamente con todo el
trabajo Antroposófico en la Argentina. Se desempeñó desde Septiembre 1986 como
lector de la Escuela Superior Libre para la Ciencia Espiritual. Fue Presidente
de la Sociedad Antroposófica en la Argentina durante muchos años y en
conversaciones y en reuniones escuchamos siempre su juicio atinado; él podía
captar lo esencial y llevarlo adelante. Y se añade a esto una gran modestia que
se notaba tanto en las conferencias como en las excelentes traducciones,
simultáneas en algunos casos, que realizaba en ocasión de visitas del
extranjero.
Una vida
corta, rica en experiencias y trabajo intenso. Un legado para muchos en lo que
se refiere a conocimientos. Una imagen para todos de lo que es la transparencia
en el obrar y en el pensar. Y más que nada una puesta en práctica de las
enseñanzas y el camino que brinda la Antroposofía.
Elsa Richter Pizzo
Dr. Phil. Chem. J. Wolfram Schneider
Semblanza editada en 1995 en el semanario “Das Goetheanum, Dornach, Suiza.
Martin Richter
ResponderEliminarNuestro grande amigo también acá en Brasil.
Aprendemos mucho con el para nuestras vidas, para la Biodinamica y la Antroposofia!
Marco Bertalot-Bay