Sobre el cuerpo etéreo del animal
La ocupación con la ciencia
espiritual da tales expresiones, a través de las cuales uno se sumerge en lo
real, en la realidad, en lo verdadero, a través de lo cual aprende a comprender
eso verdadero. El materialismo no da
ninguna expresión, da solamente sombras de esas expresiones. ¿Dónde se puede
comprender esto en el materialismo? ¿Cómo obtenemos claridad en la diferencia
entre la cabeza del hombre y el resto del organismo? O como puede comprender el
materialismo lo siguiente. Tomemos una expresión que es infinitamente
importante. Sabemos que el hombre tiene su cuerpo físico, su cuerpo etéreo, su
cuerpo astral. Vemos al animal, es interesante observar animales cuando han
pastado en la campiña, se han saciado y están echados y digieren. Es
interesante observarlos. ¿Por qué? Porque el animal se ha retirado
completamente a su cuerpo astral y a su cuerpo etéreo. Y en definitiva ¿qué
hace el alma del animal cuando está digiriendo?
Con un infinito sentimiento de bienestar el alma toma parte de lo que
ocurre en el cuerpo, se mira a sí misma. Está echada y se mira a sí misma
durante la digestión con un infinito sentimiento de bienestar lo mira, el
bienestar en el animal es enorme, es gigante. Interesante es ver una vaca
digerir y verlo espiritualmente cuando está así echada y se ve en su interior
realmente todos los procesos que allí suceden, mientras los nutrientes son
tomadas por el estómago y del estómago son conducidas a todas las otras partes
del cuerpo. Esto es lo que mira el animal con interno placer porque hay una
correspondencia profunda entre su cuerpo astral y su cuerpo etéreo. El cuerpo
astral vive en aquello que el cuerpo etéreo espeja de los procesos
físico-químicos a través de los cuales se conducen las sustancias alimenticias
a través del organismo. Esto es todo un mundo al cual la vaca mira, el cual la
vaca ve! Claro que el mundo está sólo compuesto por la vaca y sus procesos, los
que en ella suceden. Cuando todo aquello que el cuerpo astral percibe en el
cuerpo etéreo y ella lo percibe, son procesos de todo el entorno que es la
esfera de la vaca, así todo se amplía, se hace tan grande para la conciencia de
la vaca, como es de grande nuestra conciencia mientras llega al firmamento. Yo
debiera dibujar a ustedes los procesos que ocurren entre el estómago la vaca y el resto del
organismo como una esfera enorme que se desenvuelve, desarrolla hacia la
lejanía, mientras para la vaca solo hay vaca-cosmos, está allí pero es de gran
tamaño.
Esto no es una broma, esto es
así, la vaca se siente enormemente elevada cuando ella se ve como su cosmos.
Allí se ve concretamente dentro de la naturaleza de los animales. Pues porque
el hombre tiene su yo, separa este yo al cuerpo astral de su profunda unión con
el cuerpo etéreo y en este cuerpo astral con el cuerpo etéreo más que en el
ejemplo de la vaca. Se lo arranca. Y por ello se le ha sacado al hombre, cuando
el digiere su comida, poder visualizar totalmente todo el proceso digestivo del
cosmos. Para él queda todo en el inconsciente. Contrariamente el yo se limita
por su actividad, limita sus impulsos del cuerpo etéreo, de manera tal que
estos quedan solamente en el ámbito de los órganos de los sentidos que son
captados por el cuerpo astral. De tal manera el animal vive como totalidad con
su cuerpo astral, en el hombre se concentra solamente en los órganos de los
sentidos. A través de ello el proceso de los sentidos en el hombre es tan
grande así como en ciertos momentos es el proceso animal.
En un cierto sentido es una incapacidad que el
hombre cuando comienza su siesta no pueda ver ensoñadoramente su proceso
digestivo pues él vería la totalidad del mundo. Pero este mundo por el yo es
retirado del cuerpo astral del hombre y le deja ver sólo aquello como cosmos
que se vivencia en los órganos de los sentidos mismos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario