martes, 27 de junio de 2017

La fuerza es otra cosa

LA FUERZA ES OTRA COSA
Una apología del débil

Vos me hablás de fuerza. Y me decís que hay en el mundo fuertes y débiles. Y me explicás cuáles son los fuertes y cuáles los débiles. Y yo que te oigo, solo veo que aquellos a los que vos llamás débiles son para mí los fuertes, y a los que llamás fuertes son para mí evidentemente los débiles.
Yo te digo que la fuerza es otra cosa. Fuerte no es el que aplasta al otro, el que tiene el poder de aplastar a otro. Fuerte es el que tiene ese poder pero lo contiene y no lo usa, porque ese tiene que aplastar gigantes que vos no ves. Y mientras vos, que te llamás fuerte, intentás derrotar una sombra, el “débil” está lidiando no con una sombra sino con toda la oscuridad. El fuerte aplasta porque no puede evitarlo, porque su alma está invadida por el miedo, un miedo que no le permite ver que aquel que tiene en frente es un hermano. El fuerte tiene miedo de su hermano porque no tiene algo que el débil tiene y se llama confianza. El débil, superando mil sombras, está buscando al otro para confiar. Porque se ha dado cuenta que un mundo de desconfianza es ridículo y sumamente estúpido. El débil debe ser muy fuerte para no declinar ante la debilidad del fuerte. 
El fuerte perdió y pierde cada día la confianza en su hermano y esto es la confianza en la humanidad toda. Esto lo convierte a nivel evolutivo en un ser sumamente débil, propiamente un convaleciente. El fuerte flaquea porque no tiene amor, solo terror. Y odia al débil por tenerlo.
Y mientras el débil ama, el fuerte va por el mundo despedazándose en vano, y golpea y quiere demostrar tener algo que no tiene. El débil no intenta demostrar nada porque ya conoce su fuerza.

Yo te digo que la fuerza es otra cosa. 

Martín S. Godino

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