LA FUERZA ES OTRA COSA
Una apología del débil
Vos me hablás de
fuerza. Y me decís que hay en el mundo fuertes y débiles. Y me explicás cuáles
son los fuertes y cuáles los débiles. Y yo que te oigo, solo veo que aquellos a
los que vos llamás débiles son para mí los fuertes, y a los que llamás fuertes
son para mí evidentemente los débiles.
Yo te digo que
la fuerza es otra cosa. Fuerte no es el que aplasta al otro, el que tiene el
poder de aplastar a otro. Fuerte es el que tiene ese poder pero lo contiene y
no lo usa, porque ese tiene que aplastar gigantes que vos no ves. Y mientras
vos, que te llamás fuerte, intentás derrotar una sombra, el “débil” está
lidiando no con una sombra sino con toda la oscuridad. El fuerte aplasta porque
no puede evitarlo, porque su alma está invadida por el miedo, un miedo que no
le permite ver que aquel que tiene en frente es un hermano. El fuerte tiene
miedo de su hermano porque no tiene algo que el débil tiene y se llama
confianza. El débil, superando mil sombras, está buscando al otro para confiar.
Porque se ha dado cuenta que un mundo de desconfianza es ridículo y sumamente
estúpido. El débil debe ser muy fuerte para no declinar ante la debilidad del
fuerte.
El fuerte perdió
y pierde cada día la confianza en su hermano y esto es la confianza en la
humanidad toda. Esto lo convierte a nivel evolutivo en un ser sumamente débil,
propiamente un convaleciente. El fuerte flaquea porque no tiene amor, solo
terror. Y odia al débil por tenerlo.
Y mientras el
débil ama, el fuerte va por el mundo despedazándose en vano, y golpea y quiere
demostrar tener algo que no tiene. El débil no intenta demostrar nada porque ya
conoce su fuerza.
Yo te digo que
la fuerza es otra cosa.
Martín S. Godino
Martín S. Godino
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