sábado, 8 de noviembre de 2014

Una promesa fuera de lo común, la de un niño necesitado de cuidados anímicos.

Gümbel Seiling también tiene recuerdos de vivencias muy marcadas. Y este hombre de teatro, este actor, relata un compromiso fuera de lo común, una promesa  que hiciese un niño que el tenía a su cargo y cuidado. 
Un niño de siete años que por lo general o casi siempre era destructivo con todo lo que le viniese a mano, comunmente, nada quedaba entero bajo sus manos.  

Rudolf Steiner le alcanzó al niño  un juguete que tenía movimiento para que así pasase su tiempo, jugando. 

Cuando yo quise, dice, Gümbel-Seiling, que dejase el juguete, comenzó el niño  a llorar,
El doctor, así llamábamos a Steiner en aquellos tiempos, acercó al niño a sí mismo y escuché sus palabras: "Tú puedes tenerlo si tú me prometes que mañana todavía estará entero y no lo romperás". El varoncito lo prometió,  y ese ha sido el juguete que él nunca ha destruído.

Y como no sé describe cual ha sido el juguete, aquí  tenemos dos imágenes de juguetes  que poseen movimiento.


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