lunes, 5 de diciembre de 2016

¿Cómo llegó "el ayudante de Santa" a tener su nombre y un dueño a quién cuidar?


¿Cómo llegó el ayudante de Santa a tener su nombre y un dueño a quien cuidar?

En el patio de su nueva casa
Pues en Buenos Aires se ha instalado una nueva costumbre y nada agradable de oír para muchos animales que en esta ciudad viven.
Comienzan los adultos sus compras navideñas y no olvidan de llenar su cesta de fuegos artificiales, los cuales  harán “sonar” y  “resonar” ya  para Nochebuena.
Antaño fuegos artificiales  también hubo, pero para Año Nuevo, y no en cada casa sino en la calle, la esquina por ejemplo,  en algún lugar más amplio para todos, y allí nos acercábamos con las pocas “cañitas” que teníamos, a veces algún tío nos regalaba algunos, los llamados “rompe portones” y nos cuidaba al encender los petardos.

Hace muchos años pregunté a un especialista en edafología y además agricultor biológico-dinámico por estos sucesos para  las Navidades que iba en aumento, los cuales en mi niñez no conocía y me preocupaba el gran temor de los pequeños animales que hasta se daban a la fuga y  vagaban luego sin dueño, días y días, y tan perdidos que impedidos estaban de regresar a su hogar.
Martín me respondió algo que hasta hoy me mueve el alma: Recuerdan el Diluvio. Yo no pude seguir la conversación, ni atiné a preguntarle el porqué lo dice. El siempre muy parco, tampoco dijo más nada. Y así sigo madurando este enigma.
Y año a año observo igual temor y desesperación si es que sus dueños no están con sus mascotas, con las perrunas. Y vuelvo a recordar esas enigmáticas palabras del  ingeniero agrónomo.


Con Rita en el pasillo de la casa en Buenos Aires

Entre tanto dos años ha, Juan encontró un perro todo blanco y joven la mañana del 24 de Diciembre.
Pasó con su bicicleta, en la puerta de un bar lo encontró acurrucado y solito. Juan pensó que no podía pasar la Nochebuena solo en la calle con tantos fuegos artificiales y ruido. El animal confió, tal vez porque Juan poseía ya una calleja llamada Rita, y dueño y perra  a veces se igualan con tanto mimo y más en época de fuegos artificiales.

Juan volvió a casa a dejar su bicicleta y junto a Rita volvieron a buscar al pequeño cachorro y llevarlo a su casa.  Juan lo liberó de su alambre de puas lo llevó y en su casa se ocupó de curar sus heridas, más tarde de eliminar sus pulgas y vacunarlo. Joven como era aún no tenía hábitos hogareños y de compartir.  Y este joven perro tomaba la vida ahora toda en juego y quería estar constantemente con su protector. A pesar de los carteles y con la fotografía, nadie vino a recogerlo...un sin dueño como muchos otros para Navidad.

Juan decidió educarlo y comenzó  por darle un nombre acorde  y así  llegó a  llamarse: el ayudante de Santa  y tener dueño a quien cuidar a pesar de compartirlo, con Rita, y haciendo los corespondientes destrozos de perro joven

Una diablura perruna en soledad y a la llegada del dueño: fotografía
Juan se mudó de Buenos Aires a San Carlos de Bariloche, allí vive con Mariela, con Rita y miren ustedes que ventura,  Santa tiene ahora una familia. Y estoy curiosa de saber cómo pasará estas Navidades. Para su primer año con Juan usó una peluca rosa y se dejo forografiar

El ayudante de Santa el 24 de Diciembre2015
Rita ya hace años está esterilizada, pero no ha perdido sus hábitos de calleja, en Bariloche y en las afueras donde viven hay mucho lugar para corretear y así Santa con su pariente por afinidad la Rita perruna, vive al aire libre, cava pozos, algo que en la ciudad no era posible hacer, se esconde bajo el mantel de la mesa cuando le dan un reto por sus desastres de "can consentido."

Y antes de ir a dormir bosteza a sus anchas luego de un día muy activo. Mariela me ha enviado una fotografía de su bostezo y con ello ha nacido este relato navideño.  Tal vez debiéramos llamarlo:
 El ayudante de Santa, salvado en Navidad.

"Hasta mañana" en idioma propio, desde Bariloche

La Loma,  2do. Domingo de Adviento 4.12.2016
Nina Czerni









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