Tres cuestiones escritas por Wolfgang Held, e impresas en el semanario “Das Goetheanum” números 3-4 del 19 de Enero 2018.
Ya
hace 20 años que el Grupo de Euritmia con Christoph Graf se presentó en
la Muestra Suiza de Educación en Winterthur. Después de la función se acercó un
hombre joven a los euritmistas y les
dijo, que él estaba sumamente sorprendido que pudiese encontrar aquí sobre el
escenario tantas personas clarividentes.
Los que lo escucharon no estaban menos sorprendidos, de manera que el
hombre aclaró, que él mismo pudo percibir
en el tiempo prenatal en el cuerpo
materno las corrientes de la vida
y con esa experiencia siempre ha estado solo. Ahora con la euritmia. por
primera vez él ha podido ver esos movimientos con sus ojos.
Tres
cuestiones aparecen aquí y de importancia.
Por primero: él ve algo en la Euritmia, que
los mismos euritmistas no han pensado ni
expresado. Así es en el arte: Los, o el observador no reconoce los movimientos de la vocal A, ni
la posición de los brazos en el ámbito
musical de quintas, no ve aquello que los euritmistad han integrado,
sino él ve algo nuevo, propio. Euritmia no necesita entonces de los antropósofos,
aquel que nuevamente reconoce de que se trata, sino la mirada nueva libre de
prejuicios, así la presentación se convierte en arte.
Por
segundo la persona clarividente no encontró el camino a una presentación
eurítmica en el Goetheanum, la Euritmia tuvo que ir a él.
Y por tercero: Así, presentarse en la Diáspora quiere decir dejar
de lado una cobertura externa e introducirse en una interna. La liberación hace
un salto hacia el espectador, de una vez se contemplan y experimentan sin
veladuras, cada una, todo aquello que hay para ver.
La Loma, Miércoles 7 de febrero de 2018
Tatiana Schneider
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