La tarea del movimiento antroposófico
El movimiento antroposófico
es una corriente espiritual que se remonta a tiempos prehistóricos, una
corriente íntimamente vinculada a la dirección de la evolución de la humanidad
por entidades espirituales superiores.
En la ciencia espiritual antroposófica
instaurada por el filósofo, conferencista y escritor Rudolf
Steiner (1861-1925) hablamos de las jerarquías espirituales superiores,
dándoles los nombres plenamente de acuerdo con los que ya figuran en la
enseñanza del antiguo filósofo Dionisio
el Areopagita:
Las entidades de la primera
jerarquía Serafines, Querubines, Tronos; de la segunda jerarquía Dominaciones, Virtudes, Potestades y de la
tercera jerarquía Principados, Arcángeles, Ángeles.
Al coro de los Arcángeles
pertenecen las siete entidades que alternan con períodos de tres siglos a tres
siglos y medio, como conductores de la evolución de la humanidad y cuyas
fuerzas, por otra parte, están en íntima relación con las peculiaridades y
fuerzas espirituales planetarias:
Micael Sol; Orifiel Saturno;
Anael Venus; Zacariel Júpiter; Rafael
Mercurio; Samael Marte; Gabriel
Luna, siendo el Arcángel Micael el regente de la Inteligencia del Sol. Toda
la inteligencia humana se debe a Micael. Las fuerzas de estos siete arcángeles
influyen de un modo determinante sobre la evolución de la humanidad, y los
distintos períodos de su regencia llevan el sello de dichas fuerzas.
Hemos dicho que la corriente
del movimiento antroposófico tiene su origen en tiempos prehistóricos, y ahora
hemos de agregar que su impulso espiritual los recibe del Arcángel Micael,
principalmente durante los períodos de su regencia, pero también en el curso de
la evolución histórica en general. Esto
también significa que el destino – el karma -- de los hombres relacionados con
el movimiento Antroposófico, a través de sus distintas vidas terrenales, se
vincula con la evolución del “Principio
Micael” en el curso de los siglos y siglos.
Aristóteles por Rembrandt |
Alejandro Magno por Rembrandt |
Tomás de Aquino |
Dos milenios después de la
regencia de Micael en la época de Aristóteles y Alejandro, la evolución de la
humanidad entró en un nuevo período micaélico a partir del año 1879, al haber
terminado una regencia del Arcángel Gabriel. En esta nueva época de Micael, el
movimiento antroposófico adquirió configuración exterior en la Sociedad
Antroposófica.
En el año 1902 Rudolf
Steiner aceptó el cargo de Secretario General de la Sección Alemana de la
Sociedad Teosófica, fundada en 1875 por H.S.Olcott, pero lo asumió con la
condición de absoluta libertad de enseñanza. Realizó su propia enseñanza
espiritual en el marco de esta Sociedad hasta 1912, y luego la continuó en la
Sociedad Antroposófica que en ese mismo año se fundó, con miembros en Alemania,
Austria, Suiza y otros países europeos, como asimismo en otras partes del
mundo.
La actividad de la sociedad se
extendió y prácticamente llegó a abarcar todos los campos de la vida humana,
destacándose la pedagogía con la fundación en 1919 del Colegio Waldorf de
Stuttgart, Alemania, con su cuerpo docente
elegido por Steiner mismo; la medicina, con clínicas y laboratorios
especiales; la agricultura con el sistema biológico-dinámico; la actividad
artística –principalmente el nuevo arte de la euritmia; la arquitectura con la
construcción del Goetheanum en Dornach Suiza, como sede central de la Sociedad
Antroposófica y la Escuela Superior Autónoma para la Ciencia Espiritual: El
primer Goetheanum totalmente de madera sobre fundamento en concreto, destruido
por el fuego en la noche del 31 de Diciembre de 1922 al 1º de Enero de 1923; y
el nuevo grandioso edificio actual construido en cemento armado.
Como impulso de singular
importancia para la futura evolución de la civilización humana, hay que
mencionar las ideas expuestas por Rudolf Steiner en su libro “Los Puntos Esenciales de la Cuestión Social
en la vida del presente y del futuro” editado en 1919 y cuya versión castellana tiene el
título El Nuevo Orden Social.
En la Asamblea de Navidad de 1923 se le dio a la Sociedad Antroposófica
una nueva forma, constituyéndola como Sociedad Antroposófica General,
manteniéndose la sede central en el Goetheanum en Dornach, Suiza, pero con
Sociedades regionales y grupos autónomos en todas partes del mundo. Rudolf
Steiner llamó entonces la atención sobre la necesidad de profundizar el
carácter esotérico del trabajo Antroposófico y de la vida humana en todos sus
aspectos. El primer punto de los Principios
de la Sociedad Antroposófica General expresa lo siguiente:
La
Sociedad Antroposófica será una asociación de personas que desean cultivar la
vida del alma en el individuo y en la sociedad humana sobre la base de un
verdadero conocimiento del mundo espiritual.
Esto nos dice que la fuente
de todo es el conocimiento del mundo espiritual; también podríamos decir: todo
cuanto por su vida y su obra Rudolf Steiner ha dado a la humanidad. Si lo acogemos
y lo estudiamos fluyen las fuerzas respectivas en nuestra alma, como fundamento
de nuestro pensar, sentir y querer. Y esto nos conduce a unirnos en sociedad
con los que también lo viven. De esta manera la Sociedad Antroposófica
constituye el núcleo, como el germen del que nace el impulso para ir
transformando la civilización humana. De ello se infiere que el trabajo de la
Sociedad Antroposófica principalmente ha de buscar la fuerza espiritual que
cada uno de sus miembros pueda desarrollar en sí mismo; y que el éxito de lo
que realice la sociedad como tal, dentro de la cultura de nuestro tiempo, ante
todo depende de dicha fuerza. Dicho de otro modo:
La Antroposofía no es, en
primer lugar, objeto del mero saber; antes bien, debe crear conceptos espirituales
en el individuo y fomentar el desarrollo anímico-espiritual del ser humano, con
el fin de formar los hombres capaces de resolver los graves problemas de la
actual civilización. Mucho sobre este tema expone Rudolf Steiner en la
conferencia El Misterio del Doble – Medicina Geográfica pronunciada en Saint Gall,
Suiza, el 16 de Noviembre de 1917.
Aspectos particulares de nuestro
trabajo Antroposófico en la Argentina se derivan de las condiciones geográficas,
en doble sentido: habitamos un territorio que pertenece al hemisferio occidental,
como así mismo al hemisferio austral.
Con respecto al hemisferio occidental
Steiner revela en esta conferencia secretos absolutamente ignorados por las ciencias
y la humanidad en general de nuestra época. Se trata de hechos cuyo conocimiento
resulta imprescindible para juzgar la situación particular en que nos encontramos,
como así también en lo concerniente al aspecto científico de la medicina.
En cuando al hemosferio austral,
ha de considerarse como un deber insoslayable penetrar con nuestro sentir y nuestro
pensar en el profundo problema que radica en la relación directa éntre las estaciones
del año y las fiestas anuales de la cristiandad, como asimismo el obrar de las entidades
arcangélicas como Rudolf Steiner lo describe en:
Las
almas de los pueblos y el misterio de Gólgota, Berlín, 30 de Marzo de
1918.
La
Octava Esfera. Los Elohim, Lucifer, Ahrimán y el Principio Crístico, Dornach
11 de Marzo de 1921.
Imagen
Cósmica de los Arcángeles. Dornach 13 de Octubre de 1923.
Francisco Schneider. Buenos Aires, 1984, para Epidauro Editora
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