En las cenizas hay lágrimas
y hay soplos entre las sombras.
Porque entre las cenizas no se oye respirar.
Callad.
En la ceniza hay viento,
No se oye ninguna paloma.
Vuela bajo el sol.
Cada vez que leo estas palabras, no sé si son de una canción, no sé que poeta las compuso.
Es un no saber que inmediatamente lleva una imágen, aquella del fin de la vida.
Aquel fuego corpóreo abrasador que ni rescoldo queda, sólo es ceniza.
Aquello que como resto puede alguien querer atesorar
o simplemente dejar que se las lleve el agua o que se esparzan en el viento.
Las palabras me resuenan profundas y como de una oración íntima..
Se siente en el corazón como una contemplación sagrada.
Es un pensamiento de un alma atribulada, aún en esta tierra
y es a la vez la imagen puesta del alma en lo divino.
La Loma, Lunes 13 de febrero de 2017
Tatiana Schneider
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