Rememorando los 30 años de la Inauguración de Apertura del Therapeutikum San Rafael, hoy Centro Médico San Rafael y su tiempos de muchas actividades músicales coadyuvantes y sumamente necesarias así como poco reconocidas hoy día, coadyuvantes de la salud y la recuperación, quiero rescatar este artículo aparecido en La Nación, en su Sección Cultura del 27 de Marzo de 2003, escrito hace 14 años, donde se hace mención de las actividades musicales de diferentes institucónes benéficas, de asociaciones sin fines de lucro, de esfuerzos de grupos de músicos en plena actividad en esta ciudad de Buenos Aires, tan conocida por sus presentaciones de buena músicalidad, plena de actividadcs clasicas y populares de nivel.
También debo mencionar aquello que médicos músicos, ensayando semanalmente en el Auditorium de la Fundación San Rafael, se concentraban para su música folklorica que en gira llevaban a las distintas ciudades, a hospitales y hogares de niños. Aún recuerdo el ensayo semanal, las canciones que algunos desde niños escuchamos y la tarea de Raúl Mocilla que había aprendido a utilizar la consola de iluminación de tal manera que daba gusto su adaptación a intrumentos y músicos. Su tarea era espontánea. Desde su quehacer de cuidador y su entrega de materiales, además de sereno durante la obra en construcción. También el cumple 35 años de tarea allí. Hoy su ámbito es atención de portería, junto a la impieza total, desde las 5 de la mañana, con dos ayudantes muy valiosos su propia esposa y Enrique quien de muy jovencito tiene a su cargo las veredas y el jardín, riego y limpieza.
También debo mencionar aquello que médicos músicos, ensayando semanalmente en el Auditorium de la Fundación San Rafael, se concentraban para su música folklorica que en gira llevaban a las distintas ciudades, a hospitales y hogares de niños. Aún recuerdo el ensayo semanal, las canciones que algunos desde niños escuchamos y la tarea de Raúl Mocilla que había aprendido a utilizar la consola de iluminación de tal manera que daba gusto su adaptación a intrumentos y músicos. Su tarea era espontánea. Desde su quehacer de cuidador y su entrega de materiales, además de sereno durante la obra en construcción. También el cumple 35 años de tarea allí. Hoy su ámbito es atención de portería, junto a la impieza total, desde las 5 de la mañana, con dos ayudantes muy valiosos su propia esposa y Enrique quien de muy jovencito tiene a su cargo las veredas y el jardín, riego y limpieza.
Incansables
trabajadores del espíritu
¿Dónde está la
buena música? La buena música de verdad -clásica o popular- no tiene ámbito
asignado. Su alcurnia le permite elegir sin discriminaciones los espacios más
disímiles, desde las más augustas salas hasta el más humilde auditorio, para
gratificarnos, para enriquecernos espiritualmente.
La buena música
suele, incluso, colarse en ámbitos más recoletos, como los de una casa. La
eximia guitarrista Irma Costanzo y el periodista -infatigable melómano- Víctor
Hugo Morales alientan sus "temporadas anuales privadas" en los
amplios livings de sus hogares, para sus amigos. En el caso del fomento y la
difusión de la música clásica -también popular-, aparecen, junto a las
instituciones consagradas (por su magnitud y prestigio), personas o
instituciones que enriquecen con su programación anual de conciertos -con
escaso dinero- nuestra vida cultural, mediante propuestas estéticas exigentes.
Al menos una
docena de ellas, entre las más conocidas en el ámbito musical porteño -algunas
con una relevante trayectoria-, ha dado a conocer ya sus programas. Otras, como
Ars Nobilis, que dirige Mabel Mambretti, y la Fundación Vibrar, presidida por
el doctor Morita, se encuentran en plena elaboración. Lo sugestivo, en medio de
la espantosa crisis económica, es que todos estos intrépidos organizadores son
músicos.
Entre ellas cabe
mencionar -ahora en su undécima temporada-, a La Scala de San Telmo, que ya en
el actual han ofrecido veinte funciones de las 300 anuales. Los quijotes de La
Scala -Susana Braun de Santillán y Eduardo Cogorno- hacen caso omiso del
pequeño espacio de Giuffra 371 (San Telmo) para acoger tanto una
ópera-divertimento como obras teatralizadas, tributos a poetas, concursos
nacionales para jóvenes instrumentistas, talleres de música, exposiciones de
pintura y fotografía, presentación de CD y libros y un sinfín de ensambles
instrumentales que incluyen el canto en todos los géneros. Con entradas
accesibles, libres o el sistema "a la gorra", la Scala no deja de sorprender.
También
consignar la labor de la Secretaría de Cultura de la AMIA, cuyo segundo ciclo
(didáctico de Música de Cámara, con dirección artística de Mario Benzecry) se
realizará en su sala de Pasteur 633, los jueves, generalmente a las 20, con
entrada libre y gratuita. Allí se trata de ofrecer la mayor cantidad de
géneros, algunos poco frecuentes en concierto, como la música klezmer o el
chamamé, si bien se pone el acento en la música de cámara tradicional. Allí
desfilarán pianistas, dúos, tríos, conjuntos instrumentales, grupos
folklóricos, coros y orquestas populares. El ciclo se iniciará el 29 de abril,
a las 20, con el Trío Sine Nomine (Telerman-Céspedes-Pérez Tedesco).
Otro
es el que ofrecerá la Universidad Caece en el auditorio de su sede central
(Perón y Boulogne-sur-Mer) con capacidad para más de 500 personas, en fecha
próxima, a cargo de la Orquesta Sinfónica Juvenil Libertador San Martín,
dirigida por el maestro Mario Benzecry, a beneficio de entidades, sobre todo de
ayuda a la infancia. También proseguirá el ciclo de conferencias
"Aproximación al Teatro Colón", que se ofrecerán en la Avenida de
Mayo y Piedras, una semana antes del debut de las óperas, como viene ocurriendo
desde 1985.
También
los infatigables Adelma Gómez (organista) y Napoleón Cabrera (crítico de
música) prosiguen este año con los consagrados "Conciertos de órgano en
los barrios". Estas sesiones musicales barriales con diferentes
agrupaciones, a impulsos de Napoleón Cabrera en 1969, se transformaron en 1983,
en los de órgano, en diversas iglesias (este año serán las de San Nicolás,
Monserrat, Santísimo Sacramento y Catedral Metropolitana), gracias al decidido
apoyo del entonces Centro de Divulgación Musical de la Secretaría de Cultura
porteña, al que se incorporaron más adelante instituciones como los bancos
Boston y Mercantil y el diario Clarín. Siempre didácticos y con entrada libre,
estos encuentros tuvieron sus días de gloria -seiscientos conciertos- entre
1984 y 1989. Hoy suman más de mil cien. Este año se iniciarán el 29 del actual,
a las 20, en San Agustín (Av. Las Heras 2530). La apertura estará a cargo de
Adelma Gómez, siempre con comentarios de Napoleón Cabrera y, nuevamente, con la
incorporación del circuito cerrado de TV, con pantalla frente al público para
observar la labor del organista. El próximo concierto será el Viernes Santo (17
de abril) en San Juan Bautista (Alsina y Piedras). La continuidad de estas
sesiones será mensual.
Adelma,
que el 27 de julio tocará en Notre Dame de París obras de Ginastera, Terzián,
Liszt e Hindemith, organizó para octubre y noviembre de este año el Festival
Internacional de Organo, con músicos argentinos, brasileños, mexicanos y
polacos.
Una
de las organizaciones de conciertos que se consolidan es la Fundación San
Rafael, con apoyo de la Asociación Intérpretes Clásicos Argentinos, que
presiden el doctor J. Wolfram Schneider y la pianista Dora Andreaux. Este año
presentan su decimotercer ciclo de música de cámara, los sábados, en el
auditorio de Ramallo 2606 (sala para unas doscientas personas, construida en
1998 según modelo de un anfiteatro del Peloponeso-Grecia). La apertura será con
un concierto extraordinario a beneficio el sábado 26 de abril a cargo de
Alberto Lysy (violín) y Paula Peluso (piano). A partir de mayo ofrecerá el
ciclo integral de las sonatas de Beethoven para violín y piano interpretadas
por Rafael Gintoli y Paula Peluso. La temporada incluye recitales de
violín-piano, piano solo, orquestas juveniles, tríos y cuartetos. Además, desde
el 24 de agosto una opereta, un encuentro guitarrístico y tango contemporáneo.
El
Centro Cultural Borges, dirigido por Roger Haloua, no descansa en su actividad
cultural. La música clásica y popular cuenta allí con un ámbito en el que prima
la calidad. El ciclo de conciertos de música clásica de cámara (solistas,
tríos, conjuntos instrumentales y vocales), programado por Olga Galperín y
Elena de Vedia tiene este año por leitmotiv "Los países y sus
compositores", y dará comienzo el 13 de mayo con Alemania y Austria. Le
seguirán, hasta noviembre, Italia, Argentina, Brasil, España, Francia, Europa
central y norte, y Rusia. Las entradas cuestan seis pesos.
La
Nación 27 de Marzo 2003
No hay comentarios:
Publicar un comentario