Este escrito en una separata de
una carta dirigida por Jörgen Smit a
Marie Steiner para solicitar el ingreso a la Escuela Superior Libre para la
Ciencia Espiritual del 29 de Agosto de 1948 –Jörgen Smit tenía 32 años, Conradt
Englert era su tío político. Dan Lindholm (1908-1998) amigo y colega de Jörgen
Smit en la Junta Directiva de la Sociedad Antroposófica de Noruega.
Se ha editado en el Semanario Das Goetheanum Nº 48 del 25 de Noviembre de 2016 al
cumplirse los 100 años de su nacimiento.
Yo no podía vivir sin Antroposofía
Nací en 1916 de padres que ya antes de mi nacimiento
eran antropósofos. La buena atmósfera del hogar de mis padres me dio el
convencimiento que allí debía haber algo bueno y correcto en lo que vivía en
mis padres De esa manera ya me sentí en
mi época moza como un pequeño
antropósofo, sin conocer la Antroposofía.
Luego cuando tuve 14 años tuve
una vivencia conmovedora. Mi padre quien siempre en las cuestiones de juzgar había sido mi autoridad, pues su
pensar concreto y claro era como una inamovible roca, fue a pesar de todo completamente engañado durante muchos meses por una dama
imbuida de capacidades de médium y
clarividencia atávicas.
Y en mi nació la pregunta de mi vida ¿Cómo puede ser eso posible? En mí
surgió la sospecha y casi un aborrecimiento exagerado contra todo aquello que
pudiese ser una clarividencia visionaria, Basar la vida en la ciencia y en la fenomenología fue para
mí una necesidad imprescindible. Esto no lo podía comprender claramente entre
mis 14 y 18 años, Sin embargo frente a mí flotaba un gran ideal. Y este ideal solamente
podía ser alimentado porque yo en ese tiempo junto a mis trabajos escolares
estudiaba con todas mis fuerzas la Obra Científica de Goethe, los libros y
ciclos básicos de Rudolf Steiner. Ciencia sin una meta hacia lo suprasensible no
fue para mí nunca una necesidad. La fuerza poderosa del mundo elemental ya la conocía yo desde mis vivencias nocturnas
con mis 17 años – Más también sabía que
lo suprasensible sólo sobre fundamentos seguros vive en la conciencia humana, cuando se lo elabora desde la contemplación de
la fenomenología.
Después que durante algunos años
en mi juventud por estos motivos yo tuve que lidiar con las
teorías del conocimiento (Kant, Hegel, Stirner, Nietsche), con 19 años cambié también
en forma especial hacia la Historia y
los idiomas clásicos, porque yo quería leer el Nuevo Testamento y los
documentos que se indican en el libro “El Cristianismo como hecho místico” y
quería conocerlos en sus textos originales. Con 23 años di el examen
universitario en Filología clásica con un trabajo científico sobre la dramaturgia
de Esquilo.
En sus 20 años.
En sus 20 años.
Durante todos esos años mi vida
tenía la impronta de Conrad Englert (1899-1945)
con quien puede estar a su lado – El también
dio pié que yo estudiase un año Filología clásica con su antiguo
profesor en Basilea. Conrad Englert me transmitió en la época siguiente fuerzas de vida sostenidas por la
antroposofía. Cuando con 20 años me hice
miembro de la Sociedad Antroposófica no fue para mí un problema, yo ya había
crecido en la cuestión, desde el
principio a través de las necesidades de mi vida.
Yo no podía vivir sin Antroposofía.
Desde mis
21 años estuve en el Grupo de miembros
que quieren ser activos en Oslo. Después del examen universitario me mudé con
24 años de Oslo a Bergen donde hasta hoy he trabajado como maestro.
En los años posteriores a la guerra el círculo de mis conferencias se amplió desde Bergen a otras ciudades importantes de Noruega, a Estocolmo y Kopenhagen. Como delegado de la Sociedad Antroposófica de Noruega también yo he vivido las dificultades de la Sociedad de los últimos años también en Dornach.
Jôrgen Smit en la Escuela Waldorf en Bergen
En los años posteriores a la guerra el círculo de mis conferencias se amplió desde Bergen a otras ciudades importantes de Noruega, a Estocolmo y Kopenhagen. Como delegado de la Sociedad Antroposófica de Noruega también yo he vivido las dificultades de la Sociedad de los últimos años también en Dornach.
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