Sankt Nikolaus |
Hace muchos años,
cuando la niñez ya comenzaba a encontrarse protegida en el Jardín de Infantes
Waldorf de la calle O’Higgins, del suburbio de Florida, hoy parte del Gran Buenos
Aires, recuerdo muy claramente una
familia con dos niñas y un varón. Actualmente una de las niñas de antaño es educadora de
nivel inicial allí, allí donde ella también hoy protege a los niños de jardín
de infantes y de preescolar cómo ella fue atendida cuidada, resguardada para
esta tarea de su vida actual.
Me acaba de escribir y entre algún comentario personal leo lo
siguiente:
“Hoy,
día de San Nicolás, tuvimos una hermosa fiesta en el Kindergarten. Te adjunto
una foto muy especial. Es una figurita que venía con una masita de
Honigbrot, pan de miel, envuelta en papel
celofán y que se adquiría, según mi mamá en Uhlitzsch”.
Les relato, Uhlitzsch fue una antigua confitería, donde masas y
chocolates fueron la delicia de los niños, los educadores y los padres de aquel
entonces.
“La
muestro siempre en la reunión de padres donde contamos de la fiesta. Tengo
otra, pero te la mandaré más adelante, para Weihnachten, Navidad”.
Un
abrazo grande, con cariño!!!
Valeria
Zeller”
Imagínense ustedes recibir, después de casi 40 años de aquel
entonces, una misiva con tanto aprecio, llena el corazón de cálida alegría y le
respondí que sus líneas valen para una anécdota de Adviento 2017.
Aquí está incluida la enviada imagen de San Nicolás a la usanza de
Alemania. El marrón o negro de la antigua vestimenta se ha convertido en color
cielo, el cielo de Sudamérica, Nicolás
mismo de ojos claros y rubio, botas negras sobre la blanca nieve, hay que tener en cuenta Europa en Invierno, más todos sus atributos presentes, la escoba de ramas de
Ruperto escondida bajo su brazo derecho, el verde abeto y sus velas en sus
manos, la bolsa que deja entrever los obsequios, las muñecas que aún se tejen
en el jardín de infantes y su zurrón al costado izquierdo donde se asoman las
manzanas o las naranjas.
Jutta, mi madrina, ya de 80 años quién nació en Alemania del norte,
me relató que lo más apreciado de su recuerdo navideño eran las naranjas de
Navidad que venían de Sudamérica, se mantenían un o dos días sobre la almohada
al irse a dormir, por el precioso aroma que tenían en el invierno, más días uno
no se podía resistir, ¡había que comerlas!
Ahora espero con curiosidad la figurita, la imagen impresa, de Navidad, también
comprada, esto lo supongo, con una masa de miel de Uhlitzsch.
La Loma, Nina Czerni el 7 de Diciembre de 2017.
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