sábado, 10 de mayo de 2014

Aprender a caminar - Con ayuda de un broche para tender la ropa.

Así nos contó Susana dentro de nuestras clases del  Instituto Dr. Karl König  de Buenos Aires, profesorado para educación de niños,  jóvenes y adultos especiales.
Se nos pidió que trajésemos fotografías de cuando éramos niños y preparáramos un relato al respecto, estábamos estudiando las relaciones de  las percepciones sensorias, con o sin la vista, con o sin el tacto u otro sentido  y así preparamos cada una su trabajo desde su experiencia.

La más llamativa fue la de Susana, trajo una  fotografía donde se la veía de pequeña caminando hacia la cámara, más lejos detrás de ella la mamá con los brazos extendidos como si  recién hubiese dejado partir  a su niña.

Lástima, dijo Susana, que sólo  tengo el relato que hicieron mis padres de cómo me animé a caminar sin ayuda y no tengo una foto mía de espaldas que lo demuestre, porque yo aprendí a caminar con un broche para tender la ropa, primero con mi madre,  quien por último sólo tenía una punta de mi ropa en la espalda...y yo yendo hacia mi padre quien me esperaba, allí en el patio de mi casa.


Y esta vez,  la de la fotografía,  mi mamá me colocó allí donde siempre ella me sostenía un broche de tender la ropa...y yo estaba así caminando sola por primera vez.  La alegría fue tan grande que me sacaron una foto.


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