Atañe al escritor Volkfried
Schuster , quien aunque fue simple obrero en su estadía en Buenos Aires, dio
clases a algunos niños de familias alemanas.
De algunos libros hoy se pueden
ver los títulos a través de Amazon.co.uk y tal vez ubicar alguno en
anticuarios, bajo libros raros en alemán.
Colección de escritos sobre
historia (1978); Sonetos: El camino hacia occidente (1980); Poesías: El granate del lago Baikal (1981); Preguntas
sobre la importancia de Rudolf Steiner y su actuación. Un intento de respuesta (1988).
Ayer recibimos la visita de uno
de esos niños hoy ingeniero, especialista
en hélices para la navegación y hasta abuelo...diseñador y profesor de telar
manual en Sierra de la Ventana. Y de cometas –los barriletes de papel,
ancestrales desde su uso en oriente, que aman los niños en su juego con el
viento.
Hablando del señor Schuster, a quien otro niño le llamó alguna vez “ingeniero
Schuster” por su capacidad de inventiva práctica. Nuestro visitante nos dijo lo siguiente, y
ahora lo describo con mis palabras:
Siempre
recuerdo una imagen que usó el señor Schuster en sus clases. Grecia tiene forma
de mano y su pueblo tenía la capacidad de dar forma, de realizar la escultura de una belleza
inigualables, habilidad en las proporciones, obra manual por excelencia.
Italia, en cambio tiene forma de bota y aunque también posteriormente ha
tenido arquitectos de maravilla y escultores sobresalientes, su mayor desempeño
es lo militar, la destreza de sus soldados. Sus romanos guerreros, hábiles con la espada y
el escudo en el ruedo del circo frente a los leones. O en sus luchas entre
gladiadores.
Hace tiempo que mi observación e interés por los contornos de los países no
me es desconocida y me ha parecido este
recuerdo de la infancia un acercamiento a aquello que Rudolf Steiner ha
indicado a los maestros de la escuela primaria: la enseñanza en imágenes.
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