sábado, 24 de mayo de 2014

Puntualidad y no ha llegado el momento de trabajar esotéricamente

Puntualidad y no ha llegado el momento para trabajar esotéricamente

La puntualidad puede ser una virtud, también tener su lado puntilloso, hasta ser pedante. Sin embargo puede ser señal de tener paciencia con lo imponderable y hasta ser condescendientemente bondadoso.
Todo esto puede ser visto en Rudolf Steiner  al relatar  algunos ejemplos.

Fred Poeppig comentó en una ocasión que Steiner podía corregir frases sin sentido con sólo ponerlas en práctica. Steiner salió de su atelier buscando a la señorita M. Un vigía rápidamente se acercó a él y le respondió  servicial  por la señorita  buscada: “En un minuto estará aquí”. A  lo cual Steiner sacó su reloj controló el minuto y viendo que nadie había venido, entró nuevamente en su atelier.

Una vez sucedió un atraso ferroviario de manera que el maestro carpintero Carl Liedvogel  *1879 - +1947 y su señora quienes viajaban en el tren de Heidelberg a Karlsruhe notaron que no llegarían a horario a una lección esotérica. El hijo relata que nos podemos imaginar a este carpintero colérico, fogoso en esa situación, ¡hasta podría empujar el vagón desde adentro!
Llegan con media hora de retraso. Las personas estaban sentadas en sumo silencio esperando con Rudolf Steiner. El señor Liedvogel quería empezar a relatar su disculpa, más Steiner dice: “Está bien – nosotros podemos empezar", y dio comienzo a su lección.


Según el señor Rissmann este episodio sucedió en una conferencia para miembros y no en una conferencia pública en Nüremberg. La sala estaba repleta y de acuerdo al horario ya se debiera haber empezado. Había un silencio expectante y Rudolf Steiner ya estaba adelante, sin embargo miraba hacia la entrada y miraba su reloj. Durante un largo tiempo nadie apareció hasta que entró un joven sencillo, algunos amigos le conocían, era un trabajador que no pudo dejar antes su trabajo. No bien Steiner lo divisó, subió al estrado y comenzó con su conferencia.  Rissmann comentó que aunque esperaron un tiempo largo Steiner dijo “Todavía falta uno” hasta que por fin entró el joven zapatero. Este hombre al poco tiempo falleció.

Era tan puntual, relata Else Deutsch, que rayaba en la pedantería. Aparecía 5 minutos antes de la conferencia y su comienzo era en el minuto exacto. Estaba con seguridad atado a su agenda, reuniones, cursos, conferencias... Hasta se decía que algunos integrantes de la recien abierta Escuela Superior Libre para la Ciencia del Espíritu habían sido rechazados, porque llegaron tarde e igual se los dejó acceder a la sala y Steiner dio los motivos: Se tienen opciones, se quiere venir o no se quiere venir, pero de ninguna manera se debe molestar la concentración que tienen los presentes, el que no se ha dado cuenta de ello, demuestra, que para él no ha llegado el momento de trabajar esotericamente.
Annemarie Dubach-Donath
1895 - 1972

Annemarie Dubach-Donath hace recordar que aquellos eran tiempos donde se prestaba atención a la puntualidad, que nosotros fuéramos puntuales en los ensayos, dice. La señora Marie Steiner estaba en este tema completamente desconforme con nosotras y como no había mejoras en esta situación Rudolf Steiner tomó el asunto en sus manos- Teníamos que estar preparadas pues él estaba ya allí al comienzo de los ensayos y esto tenía sus efectos. Una euritmista nuevamente estaba retrasada y por ello quería entrar por la puerta trasera que daba directamente al escenario. Y cuando abrió temerosa la puerta vió que Rudolf Steiner ya estaba en el pasillo. Entonces cerró otra vez la puerta, creyendo que no había sido notada, y esperó un par de minutos. Ella pensó que él entraría en la sala. Y cuando nuevamente con cuidado abrió la puerta - allí apareció de frente el rostro sonriente de Steiner. El se había dado cuenta que ella estaba alli y también la había esperado detrás de la puerta.

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