Buenos Aires del año 1948 y una
curiosidad en los suburbios que viene a mi recuerdo.
En Noviembre se decía en mi casa.
Hoy revisaremos los juguetes, es que
vamos a ir al correo, llevaremos las
cartas de Navidad que van a Europa, así llegaran a tiempo pues se van en barco.
Una afirmación pero, me preguntaba
que tendrán que ver las cartas con los juguetes. Buscaremos aquellos que deban ser reparados y los daremos en el correo.
Allí se remozarán a nuevo, se arreglarán, se pintarán nuevamente y para el día
de Los Tres Reyes Magos, otros niños podrán ir a buscar los juguetes que los
Reyes han dejado para ellos. Haremos
y en secreto de Reyes para aquellos que no reciben juguetes. A ver revisa tu caja y veremos que debe ser reparado y puede volverse nuevo.
En aquel entonces los juguetes eran resistentes,
de madera y aunque a veces sin ruedas, se jugaba igual. A un transporte le
faltaba una puerta bien podía, a pesar
de ello, entrar el conductor, de todas maneras tenía al frente en el guarda fango delantero una argolla
y a ella atada una cuerda y así corríamos tirando del cordel por todo el patio,
el conductor caía muchas veces, entonces teníamos un accidente y podía llegar la
ambulancia que sin puerta trasera era mejor para poner y sacar la camilla. La
sirena hacía mucho tiempo que estaba deteriorada de tanto juego y toca y toca.
La puerta trasera se perdió en la nebulosa del jardín, tal vez quebró al caerse y nadie hizo
una reparación. Así pues se perdió, "en algún lugar de La Mancha".
Aunque en mi casa había carpintero, mi padre
quien generalmente hacía muebles, mesas o
bandejas hermosas con incrustaciones de
madera de diferentes colores y diseños, guardas con dibujo de ramas hojas y a veces hasta flores. Lustrados a mano, pulidos a muñeca
y polvo de piedra pómez.
Esta tarea fue la primera que
aprendieron los niños, todos podíamos lustrar y cada vez fuimos más
perfeccionistas.
Sin embargo los juguetes no se arreglaban, debíamos aprender a
ser cuidadosos con ellos. Tal vez alguna vez para Reyes, Los Tres Reyes Magos del Levante, del Lejano
Oriente y llegados en camellos, ellos nos dejaban sobre las ajadas alpargatas un camión o una ambulancia nueva, brillante de blanco y su cruz roja. Hoy
pienso trabajo de mi madre a escondidas de nuestros curiosos ojos, tal vez por
la noche mientras dormíamos. El heno y el agua que habíamos dejado fue comido y bebido...Cosa extraña en cada casa comían y
bebían, claro un camello transporta mucha agua pues su vida trascurre en el
desierto y debe conservar reservas.
Pues revisamos y encontramos unos
cuantos para llevar al correo, donde médicos sanaban los juguetes. Otra incógnita. Un año y de
esto hace mucho, mucho tiempo ya, para el día de Reyes, mi madre dijo Hoy iremos al correo, está abierto e irán
muchos niños, pórtate bien en la fila y ten paciencia tal vez tú también
recibas una dádiva de los Tres Reyes Magos del Levante, que han traído del Lejano Oriente.
Y así fue, recibí un camión con
cajuela para llevar ganado y la cajuela era un acoplado podía sacarse y
colocarse a gusto, separándolo del frente, del camión conductor. Y así vi y
supe por allí andan nuestros antiguos juguetes, los médicos eran ciertos, la
alegría y la algarabía de los niños mucha, muñecas de tela, con trenzas o sin
ellas. Dime, pregunté los médicos saben coser, por supuesto que sí las operaciones se suturan...
Hemos ido muchas veces al correo
a llevar juguetes rotos pero sólo una vez hemos estado para Reyes allí y lo
recuerdo como muy hermoso, no por lo recibido sino por la alegría de todos los
mayores y de aquellos que entregaban con cariño los juguetes y las risas de los
niños tan alegres...
La Loma, 6 de Enero 2017, día de Los Tres Reyes Magos y Epifanía del Señor
Nina Czerni
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