viernes, 13 de enero de 2017

El Angel

El Angel

Que el hombre
 no sea indigno del Angel
cuya espada lo  guarda
desde que lo engendró
aquel amor
que mueve el sol
y las estrellas
hasta el último día
en que retumbe
el trueno en la trompeta.
Que no lo arrastre
a rojos lupanares
ni a los palacios que erigió
la soberbia
ni a las tabernas insensatas
que no se rebaje a la suplica
ni al oprobio del llanto
ni a la fabulosa esperanza
ni a las pequeñas magias de miedo
ni al simulacro del histrión.
El otro lo mira…
Que sepa que nunca
estará solo
en el público día
en la sombra
el incesante espejo
lo atestigua
que no macule su cristal
una lágrima
¡Señor! Que al cabo
de mis días en la tierra
yo no deshonre al Angel.


                        J. L. Borges






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